España materializará su aumento en defensa con la puesta en marcha de un “gran plan nacional de desarrollo e impulso de la tecnología y la industria” nacionales, para aglutinar la mayor parte del gasto adicional que habrá que asumir para cumplir con la UE. Así lo ha anunciado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados, donde ha ofrecido detalles sobre las medidas políticas que está previsto desarrollar en el ámbito militar, a las que hizo alusión hace unas semanas y que, según garantizó, no afectarán al gasto social.
Entre las propuestas, Sánchez se ha mostrado partidario de la creación de un ejército de la Unión Europea (UE) que sustituya a las fuerzas armadas nacionales de los países. Esta opción haría posible que Europa se transforme en “una verdadera unión” capaz de garantizar “una paz duradera en nuestra región”, ha declarado.
“La Unión Europea debe reaccionar como hizo entonces: con una respuesta conjunta, mutualizada y solidaria, que aglutine la fuerza de todos los Estados Miembros”, ha dicho.
Por el momento, y dado que esta sería un opción a largo plazo, ha puesto de manifiesto la necesidad de alcanzar la “interoperabilidad” entre los territorios, para paliar así lo que considera uno de los puntos más débiles de la UE en materia de defensa.
Asimismo, el presidente del Ejecutivo ha hecho referencia a la importancia de dotar a la UE de una una “industria de seguridad y defensa integrada, puntera y autónoma” y que pasaría por reforzar las capacidades industriales de España vinculadas a la defensa y la ciberseguridad, objetivos que Sánchez platea para antes del verano.
La modernización de los sistemas de seguridad para “neutralizar las nuevas amenazas híbridas” es también primordial para el presidente que, respecto a estas “nuevas armas”, ha puesto como ejemplo los “drones no tripulados”, los “cañones de pulso electromagnético” o las “fuerzas paramilitares”. Añadió, además, el uso hostil de “redes sociales, virus informáticos, ordenadores cuánticos” e incluso la “inteligencia artificial”, que Sánchez ha atribuido a países como Rusia.
Amenazas de este tipo están presentes también en España, que el año pasado recibió 177.000 ciberagresiones. No son amenazas tan visibles como las “tradicionales”, y “no sale en los periódicos, pero existe, está creciendo y supone un riesgo real”, ha advertido.
Gestión del gasto desde la UE
Además, considera la UE debe encargarse de gestionar el incremento en la inversión de defensa de los países de manera general, mediante fórmulas como la emisión de deuda conjunta o las inyecciones de dinero a fondo perdido.
En este sentido, la OTAN pide a los países un desembolso extra que permita llegar al 2% de PIB en defensa. La inversión se gestionará mediante colaboración público-privada para hacer posible un “nuevo salto tecnológico e industrial” en nuestro país y su beneficio, según Sánchez, se traducirá en la creación de empleo y empresas para potenciar la “reindustrialización”.
Por otra parte, Sánchez está negociando en Bruselas medidas que podrían “acabar con la guerra energética de Putin y reducir entre el 50 y el 100% los aranceles de Trump”, como la unión de ahorro e inversión, la unión bancaria, la integración energética y el euro digital.
La mayoría de los representantes de izquierda están en desacuerdo con incrementar el gasto militar pero, a este respecto, el presidente Sánchez explica que seguridad y “bienestar” son compatibles y que la dicotomía entre ambos conceptos es “falsa”.