Trump declara la guerra comercial al mundo

El presidente de EEUU, Donald Trump, declaró este miércoles la guerra comercial a todo el mundo, con un arancel universal del 10% para todas las importaciones, que será el 20% para los productos de la UE y del 34% para China

Una política económica que denota la debilidad de la economía de la primera potencia del mundo, y que siembra la desconfianza en todo el planeta y las bases del hundimiento de la economía de EEUU, aunque él, desde su delirio, dijo que «este es uno de los días más importantes, en mi opinión, en la historia de Estados Unidos. Es nuestra declaración de independencia económica».

Estas barreras arancelarias al comercio internacional tendrán cumplida respuesta, al menos, desde la UE y China, y pueden acelerar un cambio definitivo en el equilibrio de poderes en el mundo con EEUU en decadencia y una China en ascenso. Y eso a pesar de que amenazó con represalias a quien le replique. «Si algún socio comercial toma represalias contra Estados Unidos en respuesta a esta acción a través de aranceles de importación sobre las exportaciones estadounidenses u otras medidas, puedo modificar aún más el Arancel Armonizado de los Estados Unidos (HTSUS) para aumentar o ampliar el alcance de los aranceles impuestos bajo esta orden para asegurar la eficacia de esta acción», dijo en la Casa Blanca. 

Trump precisó que los aranceles a la UE comenzarán a aplicarse a partir del 9 de abril, aunque el arancel base del 10 % comenzará a aplicarse antes, el sábado 5 de abril. «Van a traer un crecimiento nunca visto» y «más rápido de lo que se cree. Uno piensa de la Unión Europea que es muy amigable: nos estafan. Es muy triste verlo. Es tan patético; 39 % (nos gravan), les vamos a cobrar el 20 %», explicó.

Esta declaración de «independencia» también incluye a Israel, a quien impondrá un arancel del 17%, a pesar de que su gobierno ya ha entregado la cuchara previamente y ha anunciado la eliminación de las pocas cargas aduaneras que mantiene sobre los productos estadounidenses.

El presidente estadounidense se mostró incluso condescendiente, porque afirmó que estos aranceles no son «totalmente recíprocos, sino recíprocos amables», y ofreció la fórmula para eludirlos. «Si se quejan y quieren un arancel cero, entonces fabriquen aquí en Estados Unidos, por que no hay arancel», dijo con su chulería habitual.

Aunque las bolsas caen, el oro se refuerza como valor refugio y todavía no se ha calculado el daño que estas decisiones ocasionarán a la economía mundial, él, desde su finura erudición, se aventuró a garantizar un «crecimiento nunca visto, que será muy especial de ver» y que llegará antes de lo que se espera, especialmente con anuncios de inversiones de empresas en Estados Unidos.