Opinión

No todo vale

Un niño sentado en el pasillo de un colegio. Imagen de kp yamu Jayanath en Pixabay

Dicen que, de esta vida, nadie se va sin pagar. Si fuera verdad, la deuda de muchas personas les duraría toda la eternidad, pero lo cierto es, que las consecuencias de muchos actos no deberían de prescribir nunca.

Se hace público en las Cortes Generales, por parte del Defensor del Pueblo, el informe anual sobre la actividad de la Institución 2024, dejando de manifiesto que los protocolos de acoso escolar solamente se activan cuando ya se ha producido un caso y la mayoría de las veces a petición de las familias de las víctimas. También hace alusión a que los protocolos que dependen de las comunidades y no del Gobierno central están sin actualizar y que las altos niveles de acoso escolar que existe en España hace imprescindible seguir revisando y mejorando los planes de convivencia siendo una prioridad actualizar sobre los protocolos autonómicos, reduciendo la burocracia y basándose en un enfoque de detección temprana.

Suma y sigue haciendo alusión a que no se implementan medidas reeducativas dirigidas a que el agresor cambie su conducta, criticando la inactividad de los centros educativos frente a demandas de protección de los NNA, advirtiendo del aumento de la gravedad de conflictos escolares en los que la corta edad de las partes y la gravedad de las conductas contrarias a una buena convivencia, ha hecho necesaria su actuación y recrimina que no se detecte en muchos de los casos por confundir hechos puntuales con acoso escolar, haciendo hincapié en la formación del profesorado, como la que escribe esta columna lleva alertando desde hace años.

En este informe, también aparece la figura del coordinador de Bienestar y Protección de Centros Educativos, a lo que el Defensor del Pueblo alude como “falta de implementación real“ por lo que demanda la puesta en marcha efectiva y no limitarla a un docente designado a tal efecto para que no quede limitada a un acto de presencia, por falta de tiempo o de formación, dejando claro que en los centros es sustancialmente importante seguir incidiendo en la prevención de problemas de conducta y de salud mental a todos los niveles.

Resulta curioso que este informe hable de “importante limitación educativa“ para detener el acoso escolar desde sus inicios y todavía a fecha de hoy, en muchos centros se nieguen a ver lo que tienen delante, por lo que recalco lo que el Defensor, aludiendo a los centros escolares defiende como un “entorno de sociabilización en la que el centro debe conformarse como un entorno protector que permita la participación, garantice el respeto y la igualdad, fomente la comunicación y la resolución de conflictos”.

No quiero hacer más spoiler a las trescientas noventa y tres páginas que tiene este informe, en el que no solo habla de acoso escolar por supuesto, pero si pega un tirón de orejas a las instituciones y a quienes son garantes del bienestar de NNA, esperando que tomen nota y no caiga en saco roto, como normalmente pasa.

Tampoco quiero acabar esta columna sin expresar mi condena a todos y cada uno de los actos miserables e inhumanos que están sucediendo en centros educativos de todo el mundo y hago extensible esta condena a todo el maltrato y violencia que sufren menores día a día sin que esta sociedad tenga a bien abrir los ojos y ver que el camino no es el correcto y las consecuencias son fatales.

Lo que se ve no existe, pero no todo vale. Recuérdenlo y abran los ojos de una vez.

Asociación Salmantina Contra el Bullying y el Ciberbullying

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