Los precios bajos y la enorme producción de prendas de ropa son, más que un problema para nuestro armario, un castigo para nuestro planeta. El científico y divulgador experto en medio ambiente Fernando Valladares (doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid), que visitó Salamanca esta semana, está de acuerdo con esta advertencia. La enorme generación y compraventa de artículos textiles es uno de los principales “problemas de insostenibilidad”, confirma.
A este respecto, destaca la huella ambiental o hídrica que deja tras de sí la elaboración masiva de ropa barata, denominada ‘moda rápida’ o ‘fast fashion’. Parte de las prendas se descartan incluso sin usar en el desierto de Atacama (Chile), recuerda, a día de hoy uno de los vertederos de ropa más grandes del mundo. “Tres quintas partes de toda la ropa acaba en vertederos o incineradoras en el plazo de un año desde su producción”, señala National Geographic sobre el destino de la ropa low cost.

La situación derivada de la ‘moda rápida’ es “un ejemplo de cómo una necesidad, que es vestirse, e incluso un privilegio, que es vestirse a la moda, se convierte en un problema”. Pero, ¿cómo sería posible ponerle freno?
Para dar respuesta a esta pregunta, Valladares explica que no hay un único culpable. “Estamos poniendo énfasis en el aspecto del consumo y estamos echándole, incluso, la culpa a las nuevas generaciones” pero, “eso es, en el fondo, trivializar un debate mucho más profundo y es culpabilizar solo a unos” (los consumidores), sin tener en cuenta la parte vinculada a la producción y a la legislación.
Tres prendas al precio de una
Para dejarlo más claro, el experto recurre a un ejemplo. Así, explica una situación habitual, como es la compra de una camiseta que termina con la adquisición de “tres por el precio de una”. “Nos hemos hartado de escuchar lo del consumo responsable”, señala, pero, “¿y la producción?”, plantea. “¿Cómo hemos podido generar tres camisetas? ¿Cómo pueden ser tan baratas? ¿Qué hay detrás de la producción?”.
“Detrás de todo eso hay un modelo de crecimiento indefinido perpetuo” y “un modelo económico absolutamente insostenible que, si no lo revisamos con ojos críticos, y ponemos todo el peso el consumidor responsable”, terminará pasando factura al bienestar del planeta.
Nadie se atreve a controlar la producción
Porque “nadie se atreve, sobre todo desde la política, a corto plazo, a ir al sector productivo” para regular la producción y, ya de paso, “reducir a la mitad” la jornada laboral de los trabajadores para lograr “empleo pleno trabajando menos”.
Nos precipitamos a los límites planetarios
Pero la realidad es que “el sistema no tiene freno” ni “nadie que le ponga un tope, y el planeta tiene límites”, así que, “o ponemos los topes” a tiempo o “el topetazo será mayor de lo necesario, habrá sufrimiento, daños y consecuencias que podríamos haber evitado”. Porque la ‘fast fashion’ puede terminar llevándolos “a los límites planetarios”.
Biogás y vertidos de microplásticos
Es cierto que hay algunas formas de reutilización de los tejidos, pues “una de las posibles materias primas que entran en las plantas de biogás, aunque dicen que es solo materia orgánica procedente de la agricultura y la ganadería, son los lodos de depuradoras, que contienen una gran cantidad de microplásticos, y muchos de ellos proceden de la industria textil”, explican desde ‘Barrios por el clima’ de Salamanca.
“Después obtener el biogás, queda un residuo de estos digestores de las plantas, denominado digestato, que pretenden que sea utilizado como compost en nuestros campos”. Pero “la concentración de plásticos en este supuesto compost es enorme”, por lo que, más que un reparto de compost, supone “un vertido” que, lejos de ser beneficioso, va “en contra de lo que la agricultura necesita”, denuncia Susan Barrera, de plataforma Stop Biogás Machacón.
4 comentarios en «Del armario al vertedero»
Me gusta utilizar la ropa como se hacía hace unos 50 años, pero me da un poco de vergüenza porque se ve mal que vayas con un remiendo porque ya es una ropa un poco usada, sin embargo, si es una prenda recién salida del comercio y llena de rotos ya no te critican sino al contrario. Yo la ropa que no se me ve la llevo remendada y me siento muy a gusto con ella.
el mundo al reves jijija
Tengo un amigo que dice que si se compra una camiseta (compra poco) tiene que tirar otra vieja. Que nada de acumular. Y como no quiere tirar ropa que está en aceptable estado de uso, no se compra prendas nuevas. Es una buena estrategia ¿no?
A mi parecer, la ciudanía en general, sucumbe ante las tentaciones de la moda, muchas veces engañados por medio de un marketing que camufla los precios como si fuesen más baratos, cuando no es esa la realidad. Vivimos en una sociedad del consumo que te invita a comprar de forma compulsiva y en cierta medida empujado por las masas que actúan, en su inmensa mayoría, de igual manera. Magnates de la industria textil como Amancio Ortega, Emporio Armani o Victorio y Luchinno (o como se escriba es lo de menos), tienen la lección bien aprendida para aprovecharse de su clientela, agrandando sus fortunas, perjudicando el medio ambiente directamente de forma grotesca. Yo animo a la gente, a nivel particular, a comprar de manera sesuda, invirtiendo el dinero en lo que realmente necesita y no dejándose llevar por las grandes compañías que lo único que quieren es enriquecer su economía sin tener en cuenta el daño que causan a: la población y sus bolsillos (aunque las prenda de las tiendas del imperio Inditex parezcan baratas , la calidad también es ínfima), y al medio ambiente , ya que a la postre muchas de esas presas serán desechadas no habiendo siendo utilizadas en un gran número de ocasiones.