Iberdrola, la compañía que preside Ignacio Galán, ha alcanzado la cota de los 100.000 millones de euros de capitalización al marcar un máximo de 15,68 euros por acción en la sesión. En concreto, ha cerrado en los 100.988 millones de euros, lo que la consolida como la segunda eléctrica del mundo por capitalización.
La multinacional, primera eléctrica de Europa en la historia que pasa el umbral de los 100.000 millones de euros de capitalización en bolsa, vale más que todas las energéticas españolas juntas y se asienta como la empresa española que más pesa en el Ibex 35 con una ponderación superior al 14%.
Desde que Iberdrola presentó sus cuentas anuales este 27 de febrero, se ha revalorizado más de un 10%. Y es que, según los analistas, la compañía cumplió con las expectativas con las cuentas de 2024. Presentó un beneficio neto del grupo de 5.612 millones de euros, lo que supone un incremento del 17% más respecto al año anterior y alcanza máximos históricos.
Además, mejoró las previsiones para 2025. Ahora prevé alcanzar un crecimiento de un dígito medio/alto sobre el beneficio ajustado de 2024, por encima de la previsión del Plan Estratégico, que estimaba un beneficio de 5.300 / 5.400 millones de euros.
A esto se une que la compañía obtuvo el pasado 20 de marzo luz verde de la Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido (CMA) para la adquisición en Reino Unido de la británica ENW, por un total de 5.000 millones de euros incluyendo la deuda. Con esa operación, Iberdrola se convierte en el segundo mayor operador de redes de distribución de Reino Unido, y suministra electricidad a alrededor de 12 millones de personas a través de una red que abarca más de 170.000 kilómetros.
La adquisición forma parte de la estrategia de Iberdrola de fortalecer su negocio de redes, con unos activos que a cierre de 2024 alcanzaba los 49.000 millones de euros, en países con altas calificaciones crediticias. Además, planea invertir 41.000 millones de euros en el negocio de redes de Reino Unido y Estados Unidos hasta 2030.
El grupo ha asegurado que continúa anticipándose a las tendencias globales de la electrificación con su Plan Estratégico 2024-2026. Para ello, la compañía continuará avanzando en el crecimiento del negocio de redes en los países con interesantes marcos regulatorios, como EEUU, Reino Unido y Brasil.
Buenas perspectivas
Con el actual contexto macroeconómico, los analistas consideran que Iberdrola es una de las empresas que mejor posicionada está, dado su perfil defensivo, su presencia internacional y su liderazgo en la electrificación.
De hecho, Morgan Stanley señala est viernes en un informe que Iberdrola es una de las utilities que debería liderar el sector. Cuenta con los ingredientes necesarios: un beneficio creciente con un dividendo sólido y ha cerrado operaciones corporativas como la compra de la británica Electricity North West (ENW) que potencian su negocio más resiliente, el de redes y cuenta además con el favor del resto de las casas de análisis.
Una de las características que más valoran los analistas de la compañía es su rentabilidad. De hecho, desde 2001, la acción de Iberdrola ha incrementado su valor desde los 3,5 euros hasta situarse por encima de los 15,6 euros y ha repartido más de 7,7 euros en dividendos.
Compromiso con sus accionistas
Además, los gestores valoran que Iberdrola tiene “un compromiso total con sus accionistas y el dividendo”, algo que consideran un elemento clave. Precisamente, la compañía ha propuesto abonar un dividendo bruto de 0,635 euros por acción con cargo al ejercicio 2024, lo que le ha permitido alcanzar el objetivo fijado para 2026, y un 15% superior a los 0,553 euros por título repartidos con cargo al ejercicio 2023. Al importe mencionado se sumarán los 0,005 euros de dividendo de involucración si el quórum de constitución de la Junta de Accionistas 2025, convocada para el 30 de mayo, alcanza el 70%.
Los expertos coinciden que este es el momento de Iberdrola. Más del 90% del consenso de analistas recomienda comprar o mantener los títulos.