Quedamos para tomar un café. El poeta salmantino Lucas Ferrera publicaba Punto y seguido, de la editorial Cuadranta, y quería que lo conociéramos. La conversación requirió no un café, sino dos. En ese transcurrir, hablamos de la muerte, de la vida, de la mente, del cuerpo… y también de poesía. La visión de un poeta sobre el mundo es viento fresco y tierra firme.
Lo bueno o lo malo de la poesía es que no te deja indiferente…
La poesía para que te llegue dentro, necesitamos una capacidad para poner la mirada sobre el papel y que te concentre plenamente. Puedes llegar al poema teniendo eso dentro de ti, te puede costar más o menos, a veces el poema te genera eso. Es como una medicina que de repente vas notando los efectos. Pero, también tiene que haber un punto de intención en el lector de buscarlo. Como género literario, la poesía es la que más tiene de espejo.
¿En qué sentido?
Te pide el punto de reflexión, de búsqueda…
No tiene que ver con el lenguaje que utilizan, que es tan preciso.
Ese es el espejo, el que tú des con las palabras exactas para transmitir, fijar… aquello que estás pensando, sintiendo o con lo que te estás interrogando, hacia lo que quieres mirar… Para mí, la poesía es el género que exige más sinceridad de todos.
¿Por parte del poeta o del lector?
Como experiencia, por parte del escritor. Luego como lector es diferente, porque tú puedes leer por múltiples motivos.
Además, el mismo poema es diferente para cada lector…
Eso es. Y añadiría también los mecanismos de identificación y proyección. No es igual el impacto que te genera algo cuando tienes 10 años, 25 o 50. Eso va en función de cómo hayas evolucionado y de todo lo que te haya pasado.

¿Su poemario Punto y seguido hace honor a su nombre?
No. El primer poema está escrito en el 2017 y tiene que ver con la muerte de mi abuela de más de noventa años. Una muerte natural, que no viví como un drama. Eso que dicen: ‘Es ley de vida’.
Esa frase es muy canalla. Sobre todo, si te la dicen cuando acabas de perder a un ser querido.
Totalmente. Es una frase de 060.
Siempre querrás recibir un beso o un abrazo.
Cierto. Se nos dirige para decirnos cuáles son los grandes hitos de una vida, que luego pueden serlo o no, pero por cuestiones culturales, sociales… se nos dice que los grandes momentos de tu vida son equis.
Lucas, ¡no cumplimos ninguno!
(Carcajada) Algunos desde luego yo no. Casarnos, hijos…
Y qué pasa con la muerte, que nos toca a todos.
Que se ignora de manera deliberada. Eso tiene que ver con todo lo relacionado con la inteligencia emocional, cultura emocional, atmosferas emocionales que se ignoran a unos niveles indecentes.
¡Ojalá solo fuera con lo relativo a la muerte!
Es con muchísimas más cosas.
En la despedida tenemos el ritual del velatorio, ceremonia de despedida, duelo… y todo ello socialmente adaptado. Hay personas que te arropa. Pero hay otros momentos que son tan duros como estos, que nadie te arropa, incluso lo ocultamos -depresiones, estados de ansiedad…
Es más, no estamos educados emocionalmente para reconocer esos momentos cuando nos pasan. Primero tienes que entender qué te está ocurriendo, dar con la clave, luego plantearte que necesitas ayuda, buscarla… Hace unos días vi la película Better Man, que está basada en las canciones de Robin William.
Hablemos de ella.
Como película está muy bien, pero lo que más me gustó es cómo está tratada la depresión desde el primer momento. Y cómo la depresión fue el motor que le ayudó a expresarse como cantante, pero eso le condenó como profesional de la canción y lo llevó a la bacanal. Por eso, en un momento determinado tuvo que parar porque la autodestrucción era brutal.
¿Se trata bien la depresión?
Sí, porque no es la típica escena que bajan o suben la música, es que está ahí. Mientras él estaba en un concierto dónde había 25.000 personas, la depresión estaba entre el público para él. La depresión le decía: ‘Eres un mierda’. Nadie nos educa para que seas capaz de detectar eso. Es más, no tenemos información ni en los momentos previos, porque no llega porque sí. Deberíamos ser capaces de actuar sobre ellos. Incluso pensar en el impacto que podamos tener sobre los otros, porque tenemos la responsabilidad de llevarlo por un sendero positivo, si soy de esas personas que doy caña todo el día a los demás.
Pues…
Sí, se lo que estás pensando. Venimos de una generación donde los refuerzos positivos no existían. Todo era: ‘Está mal, está mal’.
No lo sabían. Nuestros padres pertenecen a la generación de la guerra o postguerra…
Eso también hay que tenerlo en cuenta. Al igual que también la dictadura. Nosotros nacemos justo cuando se acaba, pero somos hijos del Franquismo. Seguimos teniendo los profesores que había. Si vivías en un pueblo pequeño sabías de la importancia que tenía el cura, maestro o médico. Si no ibas a misa el domingo, el lunes te señalaban en clase. Eso que hoy, afortunadamente parece una coña, existió y te van generando un poso en el que crezcen cosas no siempre positivas. Eso pasó en España, en otros sitios fue de otra manera, lo importante es que aprendamos que el registro emocional está ahí.

¿Qué está pasando ahora?
Lo que yo veo es que tenemos que ser productivos.
¿Qué es ser productivo?
¡Eso quisiera saber yo!
¿Ganar dinero?
Básicamente. Ganar dinero y ayudar a ganar dinero. ¿Cómo está enfocada la Universidad hoy en día?
Díganoslo.
Tienen que buscar salidas profesionales.
¿Cuáles son las salidas profesionales?
Se nos habla de las ingenierías y demás. ¿Por qué no se habla del mundo de las humanidades?
Algo se habla…
Sí, pero para su aplicación a lo laboral, para que se desarrollen habilidades como las emocionales, que, si las fijamos correctamente, ayudamos a ganar más dinero, pero no para el bienestar de las personas.
Cuándo la belleza -arquitectónica, pictórica, musical, poética- produce muchos beneficios…
Y paz, serenidad… Si vives en una casa bonita y trabajas en una oficina donde hay luz y muebles atractivos desarrollaras mejor tu jornada laboral. Eso es tan básico y que todos te dicen que sí… pero ahí nos quedamos con oficinas sin luz y malolientes.
¿Por qué sigue habiendo personas que se toman a chirigota la salud mental?
No lo sé. Las personas somo un corpus, donde está lo físico, lo psicológico, lo emocional… No sabría manejar los términos, pero sí sé que no se pueden separar. Mi cuerpo está asociado a mis emociones, que repercuten sobre mi bienestar físico.
¿En qué sentido?
Por ejemplo: si estoy estresado, no voy a dormir bien y eso me puede llevar a no rendir en el trabajo.
Yéndonos a lo puramente crematístico…
Correcto. Pero no solo en ese sentido. Si estoy mal, puede que no les prepare el desayuno a mis hijos o no quede con mis amigos. Dejo de cumplir ese papel social.
Hay un sector de la población que banaliza las enfermedades mentales.
Primero porque nos falta educación sobre el papel que tiene lo mental sobre las personas. Venimos de esa España donde se negó la existencia mental. De cara a la sociedad había que cumplir unos estándares sociales y punto. No había otra cosa. Lo que tú pensaras o como tú te sintieras no tenía ningún valor. Eso no desaparece de un día para otro. Tiene que ser lluvia fina durante mucho tiempo.
Llevamos 50 de Democracia y parece que hemos vuelto para atrás.
La historia no siempre va para adelante y progresando. Después de la Primera Guerra Mundial, que todo el mundo pensó que no podía pasar nada peor, y no tardamos nada en tener la Segunda. No tengo capacidad de visión y de análisis sobre el pasado. Quiero pensar que esto es un subir y bajar y que cuando subamos lo haremos más arriba si cabe. No estaría mal hacer un ejercicio de autocrítica y ver porque fisuras se nos han colado estos pensamientos de otros tiempos.
¿Qué papel juega la educación?
Todo, tanto la que recibes en el colegio, como la que tienes en casa o en la sociedad. Es básico.
¿Qué pasa con las aplicaciones que les cuentan los cuentos a los niños antes de dormirse?
Por muy bien que esté resuelto técnicamente o tecnológicamente, está falto de lo emocional. Como la comunicación interpersonal no hay nada. Tengo un sobrino de cuatro años y lo que más me fascina de él, es como maneja el lenguaje físico. Ves como lo busca, como lo necesita. Al nacer nos ponen encima de la madre, es nuestra primera relación interpersonal. No tenemos que estar abrazándonos todo el día, pero esta conversación la podríamos haber tenido por videollamada…
No habríamos tenido esta conversación.
Probablemente. (Risas) Lo que nos hace humanos es el contacto interpersonal. La tecnología tiene que ser una herramienta al servicio de, no un sustitutivo. En cuestiones como la búsqueda de la productividad, se nos está yendo a unos niveles indecentes.
Ya no hablamos de cuentos infantiles.
No. El otro día leía un artículo que hablaba de la economía del tiempo. Los editores están sacando novelas más cortas, porque el lector no quiere leer tochos.
Afortunadamente, porque hubo una época, que si no se bajaba de mil páginas no eras buen escritor…
(Carcajada) En cambio, las películas están siendo más largas.

Reconduzcamos la entrevista. Hablemos de poesía.
(Risas) Tengo muy en cuenta un par de cosas cuando escribo. Una, que me viene de mi época en la radio, es cómo vas a entonar lo que estás leyendo y el cómo eso suena si lo escuchas con los ojos cerrado. Eso último me viene de mi infancia. Cuando iba al pueblo, compartía la alcoba con mis abuelos, conversaba con mi abuela de cama a cama, me contaba historias de cuando ella era niña, de la fonda de su padre, de cómo era el pueblo… Eso era contacto humano puro.
Voy a pedirle que les aconseje un poema o un libro a unas personas. ¿Le parece? Eso sí, a todos le vamos a recomendar Punto y seguido, de Lucas Ferreras.
(Risas) Lo intento.
A Pedro Sánchez.
Pido la paz y la palabra, de Blas de Otero, porque el horizonte exige, a la par, tener ideales y los pies en la tierra.
Karla Sofía Gascón.
Gloria fuertes, porque en el espejo de lo cercano está nuestra autenticidad.
Rafael Nadal.
Cualquiera de Gil de Biedma, porque polvo somos y en polvo nos convertiremos.
Y para los lectores que nos estén leyendo.
Un ensayo, Algo va mal, de Tom Judt, que lo escribe en 2010 y ya nos dice por dónde va a ir todo esto del neoliberalismo y cómo va a parcelar la sociedad, que de alguna manera es lo que está pasando, porque se están levantando muchas barreras invisibles.
¿Nada de poesía?
La poesía siempre. Lee poesía y mira qué provoca dentro de ti, en base a lo que tú seas y en el momento y circunstancias en las que estés. La poesía te lleva por cualquier sitio.
¿Cuéntenos una experiencia que le haya pasado leyendo poesía?
Una de las veces que estuve en Roma, me diseñé el viaje de tal manera que mi guía iba a ser Rafael Alberti. Compré en la feria del libro de Salamanca Para caminantes. Son poemas que Alberti escribió en Roma. Cada uno de ellos, trata sobre un lugar concreto, me iba al sitio y lo leía. De repente vi otra Roma, la que vio un exiliado español en los años 40, 50.
1 comentario en «“Tendríamos que ver por qué fisuras se cuelan estos pensamientos de otros tiempos”»
Chaval, quedamos el día 23 de Abril a las doce en punto en la estatua de Adares hecha por el gran Casillas para recitar algo de poesía a modo de homenaje?.
Yo estaré allí…un sencillo homenaje para iniciar un camino sin retorno…convertir a Salamanca en la capital mundial de la poesía… y hacer de la Flecha el Parnaso Ibérico.
¿Hablamos?.