María la Brava ‘reconcilia’ a Salamanca seis siglos después

Unicaja cede de la casa ‘María la Brava para que el CSIC ponga en marcha, con la colaboración del Ayuntamiento y la Junta, un museo de divulgación científica
La Casa de María la Brava, en la Plaza de los Bandos.

Han tenido que pasar seis siglos, allá por 1465, cuando Salamanca se dividió en dos bandos, aún queda la cicatriz de una plaza en pleno centro de la ciudad que se llama Los Bandos.

María Rodríguez de Monroy, conocida como María la Brava, era madre de los Enríquez. Los hermanos Enríquez y los Manzano disputan un partido de pelota. La discusión se enzarzó y los Manzano mataron al hijo menor de doña María; temiendo la venganza del hermano mayor, lo esperaron escondidos y le dieron muerte también y huyeron de la ciudad. Al enterarse del suceso, la madre de éstos, persiguió a los asesinos de sus hijos hasta encontrarlos en una posada en la ciudad de Viseu en Portugal. Allí sus hombres los prendieron y los ejecutaron. Doña María mandó que les decapitasen después de muertos y regresó a su casa con las cabezas, que depositó en las tumbas de sus hijos enterrados en la iglesia de santo Tomé.

Este hecho enzarzó los ánimos; la ciudad se dividió en dos bandos, el llamado de San Benito, alrededor de la familia de los Manzano, y el de Santo Tomé, encabezado por los Enríquez, y la rivalidad no terminó hasta que intervino el fraile Juan de Sahagún y consiguió apaciguar los ánimos y terminar con la guerra de los bandos (1476).

Casi seis siglos después, 549 años, Unicaja, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Ayuntamiento de Salamanca y la Junta de Castilla y León han firmado este lunes el acuerdo que establece la puesta en marcha de la Casa de la Ciencia del CSIC ‘María la Brava’, un espacio abierto a la ciudadanía, que nace con la misión de convertirse en referente de cultura científica en Salamanca y Castilla y León, centrado en promover el acercamiento a la ciencia de manera “accesible e innovadora”.

En el acto de firma, celebrado en el Consistorio, han participado Carlos Closa Montero, vicepresidente de Organización y Relaciones Institucionales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas; Rocío Lucas Navas, consejera de Educación de la Junta de Castilla y León; Carlos García Carbayo, alcalde de Salamanca, y Alberto Gurrionero, subdirector Territorial Castilla y León Sur de Unicaja.

Los representantes de las cuatro instituciones han subrayado el papel clave que desempeñará la futura Casa de la Ciencia como un “espacio de encuentro entre la ciudadanía y la comunidad científica”, dado que albergará “un lugar donde el conocimiento y la historia se darán la mano en un entorno emblemático”.

Además, se plantea como un canal para fortalecer la colaboración con los distintos actores del sistema de I+D+i, fomentando sinergias y proyectos conjuntos, por ejemplo, de ciencia ciudadana. Entre sus principales objetivos se encuentra no solo aumentar la visibilidad y proyección de la investigación que realiza el CSIC en Castilla y León, sino también servir como punto de encuentro para investigadores, tecnólogos y creadores de la comunidad.

Con un fuerte compromiso social, la Casa de la Ciencia buscará acercar la labor investigadora al público general promoviendo una sociedad más informada y participativa en ciencia. Para ello, ofrecerá actividades y talleres educativos y divulgativos de carácter permanente, que estarán adaptados a diversos grupos de edad. Estas actividades se basarán en “el rigor científico, la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente, combinando pedagogía, entretenimiento y divulgación desde una perspectiva cultural”, tal y como recoge el acuerdo.

Con la firma de este convenio, las instituciones implicadas reafirman su “compromiso con la investigación, la educación y el avance del conocimiento como pilares fundamentales para el desarrollo de la sociedad”.

El convenio da continuidad al protocolo general de actuación suscrito el 14 de septiembre de 2022, en el que dichas instituciones sentaron las bases de colaboración para la creación de la nueva Casa de la Ciencia del CSIC en la ciudad, la tercera que se abrirá en España tras las de Valencia y Sevilla.

Historia y vanguardia

La Casa de doña María la Brava es un emblemático edificio del siglo XV situado en el número 5 de la plaza de los Bandos, en pleno casco histórico de Salamanca y a escasos 250 metros de la Plaza Mayor. Declarado monumento histórico-artístico, el inmueble fue adquirido y rehabilitado en 2008 por Unicaja para su uso como espacio museístico.

El edificio, de cuatro plantas y con una superficie útil de 1.282 metros cuadrados, conserva la esencia de las casas nobiliarias de la segunda mitad del siglo XV, aunque su interior ha sido completamente remodelado. A lo largo del siglo XX, albergó un liceo escolar y las instalaciones del Colegio Farmacéutico Salmantino.

Con la creación de la nueva Casa de la Ciencia se potenciará este espacio histórico, que completará la oferta museística salmantina en materia de cultura científica con la experiencia, bagaje y calidad investigadora acreditada por el CSIC -el mayor organismo de investigación español y el séptimo a nivel mundial-, sin perder de vista del arte y la vanguardia.

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