Cuando se produce una muerte súbita, es imposible determinar las causas: autopsia blanca, también denominada negativa, es el único resultado tras el posterior análisis completo del cadáver. Este tipo de fallecimientos, sin embargo, son algo cotidiano. También existe otra tipología, la muerte súbita por paro cardíaco, igualmente habitual, y detectable tras un proceso de autopsia.
Pero, ¿por qué un corazón se para de repente? Entre las razones más usuales y evidentes se encuentran las enfermedades cardiovasculares. A este respecto, una investigación realizada por el profesor y médico jefe del Hospital Universitario de Oulu (Finlandia) Juhani Junttila, basada en el estudio de 108 fallecidos de muerte súbita cardíaca, pone en el punto de mira en el sobrepeso, que afecta a la mitad de la población en España. Ello se debe a que la obesidad habitualmente perjudica el estado del músculo cardíaco, algo que puede desencadenar este tipo de fallecimiento.
Los sujetos analizados, fallecidos por muerte súbita cardíaca, compartían como causa subyacente la enfermedad de la arteria coronaria. Los análisis revelaron la presencia de depósitos de tejido adiposo intramiocárdico en 42 de los casos. Este tipo de “tejido conectivo” se acumula de forma natural en el corazón a lo largo de los años. Sin embargo, “no debería encontrarse grasa en el corazón de nadie”, advierte el doctor Junttila.
Según su estudio, hay dos los factores que confluyen para desembocar en una muerte súbita por paro cardíaco, en concreto, la presencia de una afección cardíaca que predisponga a la muerte y, a su vez, la tendencia a latidos cardíacos adicionales. Los controles médicos y un estilo de vida saludable son una vez más la principal recomendación.
“La susceptibilidad del corazón a los latidos adicionales es una característica inofensiva en sí misma, pero si se combina con otros factores, predispone a la muerte súbita”, señala el doctor.
Otras variantes de la muerte súbita son la respiratoria, que tiene lugar por obstrucciones en dichas vías o problemas pulmonares, o la del lactante, que se produce entre los bebés menores de un año, generalmente mientras están durmiendo, sin que se hayan llegado a identificar sus verdaderas razones.





















