La Audiencia Provincial de Salamanca decidió reabrir la causa por la gestión del servicio de bomberos de la Diputación salmantina en la que se acusa al presidente de la Corporación, Javier Iglesias, de los presuntos delitos de malversación y prevaricación administrativa. Se trata de una decisión judicial tomada a instancias de la Fiscalía tras el sobreseimiento en primera instancia por parte del Juzgado de Instrucción.
J.M.A. / ICAL.- La actuación viene motivada por una demanda previa interpuesta por la Plataforma de Bomberos Profesionales de Castilla y León que obligó a resolver, como medida cautelar, el contrato que vinculaba el servicio de extinción de incendios en la comarca mirobrigense a la Asociación de Bomberos Voluntarios de Ciudad Rodrigo y a la propia Diputación de Salamanca, decreto puesto de nuevo en duda por la justicia.
Iglesias aseguró tomarse esta decisión “con deportividad” en declaraciones recogidas hoy por Ical en la Sala de Comarcas del Palacio de la Salina, sede de la institución provincial. “Ya ha habido un juez que, después de practicar toda la prueba, de que nos llevó a declarar, a contarle la verdad de lo que había aquí, funcionarios y yo mismo, valoró que no había nada”, recalcó ante las preguntas de los medios de comunicación.
No obstante, el mandatario de la Diputación se mostró dispuesto a seguir colaborando con la justicia. “Hombre, hasta dónde yo sé creo que el derecho funciona en que alguien debe demostrar mi culpabilidad y yo no debo demostrar mi inocencia, pero si la tengo que volver a demostrar, la demostraré. No hay más”, insistió.
Desde el punto de vista administrativo, prosiguió el presidente provincial, hasta “dos docenas de funcionarios” intervinieron en los expedientes que generan dudas en la Fiscalía. “Si otro juez tiene que valorarlo, que lo haga. Ya lo valoró uno, y creo que hizo un buen trabajo. Le dimos toda la información, y después de tener toda la información, determinó que no había absolutamente nada. Que vengan los jueces que hagan falta”, afirmó.
En último término, eludió cualquier tipo de preocupación al respecto de sus actuaciones. “Nosotros confiamos en la justicia. La tranquilidad que tenemos es pasmosa. Por mucho que busquen, aquí hay lo que hay. Desde el punto de vista administrativo, ¿se puede hacer mejor? No lo sé. Desde el punto de vista penal, cero, nada. Aquí no encontrarán nunca nada. Y encantado de estar al servicio de la justicia, por supuesto”, finalizó.






















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Un presidente bajo sospecha (y con mucha estrella)
Hay quien nace con estrella, y hay quien nace con todo un sistema solar girando a su favor. El presidente en cuestión —siempre envuelto en rumores, salpicado por escándalos que nunca llegan a cuajar en condena— parece tener una habilidad especial para esquivar la justicia como quien esquiva charcos con zapatos limpios. Va de lista en lista, de pueblo en pueblo, aferrado a su escaño como si le fuera la vida en ello. Y quizás sí le va.
Su partido, mientras tanto, juega al escondite. En campaña, lo bajan del cartel, lo mandan al fondo de la foto o, directamente, lo borran del mapa mediático. Pero ahí sigue, sobreviviendo a procesos internos, titulares incómodos y filtraciones inoportunas. Parece inmune a la caída.
¿Será suerte? ¿Será estrategia? ¿Será que los astros realmente lo protegen? Porque cada vez que parece que se le acaba el tiempo, una nueva lista aparece, una nueva oportunidad se abre, y él, cómo no, vuelve a estar dentro. Siempre dentro.
Quizás algún día los planetas se alineen de otra forma. Pero mientras tanto, este presidente sigue girando en la órbita del poder, como un satélite que nunca cae, aunque lleve demasiado tiempo fuera de trayectoria.
Un auténtico fenómeno. Dicen que si hubiera una hecatombe mundial sólo sobrevivirian las cucarachas. Se equivocan…
**** ********* Iglesias no hacen falta muchos jueces, con uno que sea leal a la judicatura y haga bien su trabajo sobra deja de hacerte el gallito que te pueden desplumar de un solo golpe
Forrest Gump.