“Compartir el sufrimiento” con “esa persona o personas de confianza” es primordial para cuidar nuestra salud mental porque, “cuando te encierras en ti mismo, eso te empieza a devorar, hasta el punto de llevarte a pensamientos oscuros” e incluso “a la ideación suicida”. Y, en el caso de que la soledad impida este tipo de vínculos, “para eso están los profesionales”. Es el consejo del catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Salamanca (Usal), Jesús Pérez Sánchez-Toledo. “Siempre que haya alguien cercano con quien puedas hablar, en lugar de quedártelo para ti, hazlo: es lo mejor”, asegura.
Los problemas de salud mental, en muchas ocasiones, no son visibles para la persona que los sufre ni para su entorno, y ese es uno de los “caballos de batalla” de la psiquiatría actual. “Muchos de estos casos todavía están silentes en sus casas, pueblos, urbanizaciones…” y, cuando por fin llegan a las consultas, “si se hubieran detectado antes, se habrían atajado de una manera más exitosa”, advierte el psiquiatra.
Estar pendientes de ciertos síntomas de alerta es primordial para aprender a cuidar nuestra salud mental y la de quienes nos rodean. Algunas señales son “fáciles de detectar”, como los cambios en el carácter, la personalidad o la conducta, pero “no puntuales, sino mantenidos en el tiempo”, así como “alteraciones en el sueño, incremento de los niveles de ansiedad”. Señales como estas son “detectables en el ámbito familiar, en los colegios o en los centros de atención primaria, y son el motivo para sugerir a una persona que a lo mejor necesita ayuda”, señala el doctor Pérez.

Estos síntomas están presentes “en todas las edades” y, de hecho, se está produciendo “un incremento de patologías desde la infancia, desde edades muy tempranas, como los 10-11 años, y esto se extiende hasta el final de la vida, es decir, los problemas de salud mental no son exclusivos de un grupo poblacional, sino que pueden afectarnos a todos y, de hecho, la mayoría vamos a ver cómo nosotros o alguien cercano, en algún momento, los sufrirá” pues, como señala el experto, son “parte de la condición humana”.
Y es que “nadie está libre de todo esto”, advierte el presidente de la Asociación Salud Mental AFEMC Salamanca, Francisco Santiago Martín, quien explica que, aunque la visibilidad de la importancia de la salud mental es mayor, aún “no es suficiente”.
En cuanto a los pacientes menores, los diagnósticos actuales son “variados”, con especial incremento de las autolesiones entre adolescentes de entre 14 y 16 años, así como “problemas de conducta y trastornos de ansiedad”, y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) “o sin hiperactividad”, detalla el psiquiatra.
“Los niños y las niñas nos necesitan”, sostiene el presidente de AFEMC, entidad que, en Salamanca, ofrece un servicio específico de apoyo infantojuvenil, además de charlas informativas y de sensibilización en colegios e institutos en la capital y la provincia, con unos 4.000 participantes, entre alumnado y docentes durante el año pasado. Este año, la entidad tiene previstas más de 150 intervenciones de este tipo en las aulas.

La soledad causa depresión en los mayores
Respecto a los mayores, la principal patología, más allá de propio deterioro cognitivo causado por el envejecimiento, es la depresión. El avance de la edad da lugar a “más prevalencia de demencias y alteraciones neurológicas” pero, “en lo que se refiere a alteraciones funcionales, no tanto orgánicas”, lo que más afecta a este grupo de población son los “problemas anímicos” y el “impacto” de la soledad. “La población anciana, en muchas ocasiones, está sola, y esa soledad atrae la patología mental”, advierte el especialista.

En lo relativo al suicidio, el experto confirma que está presente “en todas las edades”, aunque hay una población con mayor riesgo, que se sitúa “en torno a las edades medias de la vida” y que afecta principalmente a hombres en situación de soledad no deseada o adictos al alcohol.
Sin embargo, niños y jóvenes tampoco están a salvo en este sentido. “Estamos viendo cada vez más demostraciones, manifestaciones e ideaciones realacionadas con sucidio en las poblaciones más jóvenes”, advierte el académico, que lidera un estudio sobre el suicidio en menores a través del programa de PRevención e INtervención Temprana en Salud Mental (PRINT) del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (Ibsal).
Para intervenir a tiempo es primordial la atención de los padres, “porque los niños no siempre saben que tienen un problema” y, en cuanto a cualquier duda, “lo mejor es llevarlos enseguida al médico de familia”, que determinará qué especialista es el adecuado en cada caso, indica el máximo representante de AFEMC Salamanca.
Muertes sospechosas
Antes y después de la pandemia de la covid-19 “hubo un pico” de episodios suicidas, tal y como recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE), aunque “ahora parece que se ha estabilizado”. Sin embargo, no es fácil saber las cifras exactas. “De los suicidios reportados, vemos un porcentaje que es importante, pero creo que hay algunos que no se confirman como tales, porque son considerados muertes extrañas o accidentales” y que, en opinión del doctor Pérez, “probablemente”, sean muertes autoinfligidas.
Efectos de la pandemia
Tras la pandemia tuvo lugar un aumento de la demanda en los servicios de salud mental pero, que sea una consecuencia de la misma o que se estuviera “fraguando” desde antes y se desencadenara a raíz de ella, tras “la gota que colmó el vaso”, es “algo que tendremos que ir evaluando durante los próximos años”, apunta el catedrático.
Aunque “al principio sí que se vio un impacto”, en especial a través del aumento de varias patologías mentales, como problemas de ansiedad y relacionados con el uso de alcohol, drogas, trastornos obsesivo compulsivo y de estrés postraumático.
Inestabilidad e incertidumbre
Asimismo, en cuanto al momento actual que vive el mundo y su impacto afirma que “la inestabilidad influye en la salud mental”, así como el modo en el que esta “se transmite a la población”, porque “en cualquier momento, una persona se engancha a un determinado canal que, lo que hace es construir verdades desde mentiras, y eso hace que aumenten los niveles de ansiedad”.
La “incertidumbre sobre cómo está evolucionando el mundo”, ya que “estamos viviendo un episodio diferente y tendremos que ver cómo nos adaptamos”, tiene un impacto negativo para el catedrático de Psiquiatría de la Usal. Pero “el ser humano tiene una capacidad de resiliencia y adaptación extraordinaria”, enfatiza.
Por su parte, el presidente de la Asociación Salud Mental AFEMC Salamanca reivindica más profesionales especialistas en esta área. “Necesitamos más psicólogos y psiquiatras”, ratifica.




















1 comentario en «La importancia de compartir el sufrimiento para cuidar tu salud mental»
Sin duda totalmente de acuerdo , la escasez de personal y las largas listas de espera para ser atendido en salud mental es un auntentico quebradero de cabeza para los profesionales que detectas indicios de suicidio y no pueden hacer nada. La salud mental en ésta tierra es una asignatura pendiente.