Opinión

Embalses salmantinos reiniciaron el suministro eléctrico

Salamanca fue una de las primeras ciudades en recuperar el suministro eléctrico el pasado día 28. Tardó algo más de dos horas y media, mientras que en otros sitios se hizo esperar más de doce. Eso no fue casualidad, sino la cercanía al complejo de los embalses de la Almendra/Villarino y Aldeadávila, con su capacidad de generación eléctrica por bombeo. Este tipo de centrales hidroeléctricas –junto a las aportaciones de Francia y Marruecos– fueron de las primeras en entrar en acción después del corte general. (Portugal no pudo ayudar, estando en la misma situación que España. Allí también se recuperó gracias a centrales hidroeléctricas como la de Villarino).

Estas centrales de bombeo son una maravilla tecnológica al reciclar el agua que usan para producir electricidad bombeándola curso arriba cuando hay exceso de energías alternativas. El agua se reserva en el embalse de origen, que es como tener una pila para casos de emergencia. (Aquí el agua se devuelve desde la presa de Aldeadávila a la de Almendra). Hoy la aportación de estas centrales al mix energético es escasa, pero si se amplía, como está previsto, podrá dar estabilidad al suministro en el futuro.

A expensas de lo que digan las investigaciones, creo que se pueden avanzar algunas reflexiones sobre el apagón. Al parecer el origen del problema pudo estar en el corte que hicieron algunas centrales fotovoltaicas en prevención de una sobrecarga en la red, que la hubiera causado daños mayores, quemando cableados y aparatos. En el momento del corte, la demanda era normal, unos 25 GW, estando el pico en torno a los 30, aunque la potencia instalada es muy superior, con la particularidad de que las renovables por sí solas son capaces ya de abastecer la demanda en su totalidad, como de hecho ha ocurrido en un par de ocasiones. Y sin problemas.

Así pues, en España no es potencia instalada lo que falta, la hay de sobra y también es muy notable la diversidad de las fuentes, pues estamos usando hasta las basuras urbanas y la biomasa forestal. Lo que falla no es eso, sino la gestión de la producción, la distribución y su encaje con la demanda. El problema está en que aquí la coordinación general del sistema está en manos del estado mediante la Red Eléctrica Española, mientras que son compañías privadas -y en posición de oligopolio- las que controlan la producción, dándose un caso claro de confrontación entre los intereses generales y los privados en un sector estratégico que tiene a toda la población como rehén. Algo así evidenciarán las múltiples investigaciones y auditorías en curso, de las que el PP debe de saber el resultado, pues tiene ya a un responsable, que es el de siempre y no hay ni que decir.

Y lo de ligar este asunto con las centrales nucleares y todo ello con los aranceles de Trump es ya de nota, que solo se le ocurre a esa lumbrera política que es Feijóo. No voy a entrar ahora en un debate que lleva muchos años superado dentro de la UE. España, por su clima y su orografía, es un país privilegiado para hacer la transición energética gracias a las energías renovables, en la que lleva mucho camino recorrido, siendo puntera en la UE, junto con Alemania. Volver ahora a las nucleares sería desandarlo, para tenerlo que retomar tarde o temprano.

Para terminar, tengo un recuerdo para un amigo mío de Burgos, que es electricista y al que a mala leche llamamos ‘El Apagón’. Qué mal lo habrá pasado estos días, en boca de todo el mundo y no para bien.

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