Homenaje a Pepe Mujica en el barrio del Oeste

José -Pepe- Mujica muere a los 89 años. Tenía cáncer. Visionario y un referente de la izquierda latinoamericana. Su muerte la anunció el presidente de Uruguay Yamnudú Orsi en sus redes, pero él ya la había notificado en enero: «Hasta acá llegué».

Presidente de Uruguay desde de 1 de marzo de 2010 hasta el 1 de marzo de 2015. Mujica fue descrito como «el jefe de Estado más humilde del mundo» debido a su estilo de vida austero y su donación de alrededor del 90 % de su salario mensual de doce mil dólares a organizaciones benéficas que benefician a los pobres y a los pequeños empresarios.

Deja un legado en su forma de gobernar y en su forma de hablar y contar cómo veía la vida. El barrio del Oeste de Salamanca lo tiene en su memoria y entre sus múltiples expresiones artísticas, dentro del arte urbano que jalonan y adornan sus calles, edificios, trapas de garajes… se puede leer esta frase de Pepe Mujica: «Ser libre es gastar la mayor cantidad de tiempo de nuestra vida en aquello que nos gusta hacer».

Reflexiones de Pepe Mujica

¿Estamos gobernando la globalización o la globalización nos gobierna a nosotros? El hombre no gobierna hoy a las fuerzas que ha desatado, sino que las fuerzas que ha desatado gobiernan al hombre.

La vida es hermosa, se gasta y se va. El ‘quid’ de la cuestión de triunfar en la vida es volver a empezar cada vez que uno cae. Y si hay bronca, que la transformen en esperanza.

Cuando compras algo no lo compras con plata, sino con el tiempo de vida que tuviste que gastar para tener esa plata, pero con esta diferencia. La única cosa que no se puede comprar es la vida, la vida se gasta y es miserable gastar la vida para perder libertad.

No hay que defender el consumo de droga, la drogadicción es un castigo. La única adicción arriba de la Tierra que vale la pena es la del amor, las otras son para desgracia.

Permítanme un pequeño subrayado: educación, educación, educación y otra vez educación. Los gobernantes deberíamos ser obligados todas las mañanas a llenar planas como en la escuela escribiendo 100 veces ‘debo ocuparme de la educación’ porque allí se anticipa el rostro de la sociedad que vendrá.

Nadie puede estar a favor del aborto como cuestión de principios, pero hay un cuadro de mujeres que se ve en la amargura de tener que tomar esa decisión, y ese mundo vive en la clandestinidad, ahí hay vidas que se pierden. Ponerlo arriba de la mesa legalizándolo nos da la posibilidad de obrar
La política impone la necesidad de construir seres colectivos. Las luchas, las mejoras, los escalones de progreso en una sociedad dependen del hombre