[dropcap]D[/dropcap]ice la prensa que, mientras se hunde el mundo, los aspirantes a candidatos en las elecciones del mes de mayo viven preocupados por sus candidaturas, especialmente los del partido en el Gobierno. El presidente pensativo ha entrado en trance, al parecer, mueve una ceja o pasa brevemente la lengua por los labios, y todo el mundo quiere interpretar si eso significa que repiten o que no repiten.
Es público y notorio que la situación es bien delicada: la gente no parece dispuesta a tragar con cualquier candidato, no está por la labor de condonar por enésima vez deudas éticas o políticas a los mismos que tanto se encocoran cuando se les habla de una quita en la deuda de los ciudadanos. Las encuestas hablan de situaciones nuevas (hay que negarlas, dicen los argumentarios), y lo que es peor: el sentido común se muestra unánime en afirmar que la tienda está a punto de echar el cierre, y aún no sabemos qué clase de establecimiento vendrá después.
[pull_quote_left]Habrá que ir a los bancos a llorar un poco, a ver si funciona con las hipotecas.[/pull_quote_left]Pero tranquilos: hoy mismo se publica que ya hay un candidato confirmado. Uno que hacía viajes, pagados a costa del presupuesto público, para ver a una novia, según dicen. Uno que se puso a llorar y ya está. Habrá que ir a los bancos a llorar un poco, a ver si funciona con las hipotecas.
Esta es la situación a fecha de hoy en el Reino de Babia. La situación en el de España, según parece, no nos preocupa más que a los de a pie.
— oOo —