Salamanca tiene una deuda con Lorca

Florencio Maíllo escribió 'Federico García Lorca. Salamanca', este 5 de junio el poeta granadino hubiera cumplido 127 años
Florencio Maíllo con el libro 'Federico García Lorca. Salamanca'.

Tal día como hoy -5 de junio-, Federico García Lorca hubiera cumplido 127 años. Una manera de recordar su onomástica es dar un paseo de palabra con Florencio Maíllo, autor de Federico García Lorca. Salamanca. Junto al pintor serrano viajaremos en el coche, un Mercedes, con Lorca y algunos de sus amigos por aquellas carreteras de 1935.

Visitó y durmió en Béjar, donde la montó en el hotel Castilla, tanto enfadó Lorca al director del hotel que llamó a la Guardia Civil y por poco duerme en el calabozo. Se libró por un profesor de la Universidad que lo conoció y dio cuenta a los guardias de quién era.

Palpó y tocó paños y vestidos en La Alberca y, quizá, también durmió en Ciudad Rodrigo –esto no está contrastado-, no podía irse de la provincia charra sin sentir y respirar la tierra de su admirado Dámaso Ledesma.

Fue la segunda semana de enero, allá por 1935. A Salamanca vino, entre otras personas con su amiga Pura de Ucelay, siguiendo los pasos de Lope de Vega, porque ese 1935 se cumplía el tercer centenario de la muerte del dramaturgo del Siglo de Oro. Lorca adoraba a Lope al que estudió en profundidad porque le gustaba el populismo. Lorca siguió los pasos por Salamanca del Fénix de los Ingenios, quien vivió al amparo del Gran Duque de Alba.

Lorca era ‘Lopista’. Le encantaba cómo incorporaba Lope las canciones a las obras. “Por esto, entendí mejor este viaje que hizo a Salamanca, porque recorrió el territorio Lope de Vega. Entra por el norte Cáceres, que era territorio de Los Alba, y ahí construyó el palacio de Sotofermoso, en Abadía, en el norte de la provincia de Cáceres. Hizo los jardines renacentistas. Lope de Vega escribe una poesía sobre esos jardines, que los tenía catalogados como la octava maravilla del mundo”, comparte Florencio Maíllo.

Florencio Maíllo con el libro ‘Federico García Lorca. Salamanca’.

Maíllo conoce muy bien estos jardines. Los había pintado en 1985. De hecho, realizó 30 obras, donde se reflejaba la decadencia y abandono de la zona. Similar al que vio Lorca, pero 50 años antes. Para escribir el libro sobre Lorca y Salamanca, Maíllo se ha documentado de mil maneras, con entrevistas que le hicieron al poeta granadino, leyendo libros de otros autores y recopilando documentos donde se mencionaba algo sobre este viaja a Salamanca.

De este modo, descubrió una conferencia que había dado Neruda en 1937 en París. “Era un homenaje a la República, recordando a Lorca. Neruda describe la decadencia de esos jardines de Abadía. El mismo escenario que había pintado yo. En ese momento, desconocía que Lorca también los había pisado y había tenido la misma sensación. Incluso escribió sobre ello”, cuenta Florencio Maíllo.

Este viaje está motivado porque Lorca quiere representar Peribáñez y quiere vestir a los personajes con trajes tradicionales. También pretende empaparse del cancionero popular para incorporar esas letras a la obra de Lope de Vega y, de ese modo, hacerla más actual.

Fue ese 1935, un año en el que las actividades culturales estuvieron muy vinculadas al autor de Fuenteovejuna, tanto los partidos de la izquierda como los de derecha o extrema derecha se hicieron eco de la efeméride.

La primera vez que Lorca pisó Salamanca fue en 1916 junto a su profesor de arte, Martín Domínguez Berrueta, que era salmantino y amigo de Unamuno.

También vendría en 1932 para dar unas charlas sobre el Cante Jondo y en 1933, con su compañía La Barraca.

“Salamanca la tiene muy interiorizada, porque el Cancionero Salmantino, de Dámaso Ledesma, era uno de los libros de cabecera de Federico. Se lo sabía de memoria. Siempre que había un piano, él se ponía a cantar y muchas de las canciones eran de Salamanca, como: El burro de Villarino, Los mozos de Monleón, La Clara, El tío Vicente… Eso lo cuentan todos los amigos de Lorca”, explica Maíllo.

No viene en 1935 a Salamanca por casualidad. Sabe que en los pueblos salmantinos hay trajes, que le vendrán muy bien para montar la obra de Lope de Vega, Peribáñez, y también hay canciones. “Otro motivo, es que aquí vivió y escribió Lope de Vega y quizá Lorca quiso empaparse de esa porosidad”, matiza Florencio Maíllo.

Maíllo va y viene en este viaje de palabras de Lorca en Salamanca. En una de esas ‘paradas’ que hace el artista de Mogarraz, dice: Una persona como Lorca, en enero de 1935, y que a finales de diciembre estrena Yerma, ya está con la mentalidad para escribir La Casa de Bernarda Alba, que nunca verá sobre las tablas. Enero, invierno, se meten cinco personas en un coche, malas carreteras, días pequeños… “La prensa más conservadora de Madrid, le dan a Lorca hasta en el DNI, por Yerma. Lorca hace una apuesta por la mujer, por la igualdad. Además, es homosexual, ‘rojo’, aunque no tuvo inscripción política… No tenía miedo y eso da miedo. Pero, ya presentía la muerte”, relata Maíllo.

Lorca, Pura de Ucelay y Valle-Inclán, en el preestreno de ‘Yerma, Madrid, 1934.

Reflexiona Maíllo, porque no puede entender que nosotros los salmantinos no pongamos en valor a un inmenso artista como es Federico García Lorca, con el sentimiento de cercanía, con el querer que él tenía, con la pasión que él sentía por Salamanca, “a todos los niveles. Su última entrevista es sobre tauromaquia, en aquel momento puso en valor el ‘duende’. Uno de sus amigos era el torero salmantino Pepe Amorós. Estos toreros profundos eran intelectuales. Lo conoció en las tertulias del café Lyon”, puntualiza.

El hilo conductor es el Cancionero Salmantino, de Dámaso Ledesma. Lo conoce muy joven. “Lorca tiene un sentimiento muy cercano a lo nuestro, a nuestra memoria y me parece lamentable que nosotros, como salmantinos, no lo pongamos en valor. En un lugar donde la gente sea avispada se lo queda. Lorca tenía un sentimiento por Salamanca”, explica Maíllo.

David Arranz. ICAL. Florencio Maíllo, expone sus obras sobre Federico García Lorca en 10 localizaciones de la provincia de Salamanca.

Lorca con Unamuno tenía un vínculo emocional. “Cuando vino a la charla sobre el Cante Jondo estuvo tres días, en los que paseó por Salamanca con el Unamuno. Tomaron café, durmió en el Gran Hotel. Lorca sentía Salamanca, tenía pasión por la intelectualidad, memoria e identidad en su conjunto”, concluye Florencio Maíllo.

1 comentario en «Salamanca tiene una deuda con Lorca»

Deja un comentario

No dejes ni tu nombre ni el correo. Deja tu comentario como 'Anónimo' o un alias.

Más artículos relacionados

Te recomendamos

Buscar
Servicios