Los trucos de los restaurantes para que comas más

La tipografía de la carta, los nombres de los platos, las cantidades... Todo está muy pensado
Dos platos listos para servirse en un restaurante. Foto: RestaurantAnticaRoma | Pixabay.

Algunos restaurantes venden platos sencillos, pero saben cómo hacer que la experiencia parezca lujosa para el cliente y cómo, en definitiva, lograr que el comensal termine pagando más de lo que habría abonado si ciertos detalles que envuelven la experiencia se hubiera pasado por alto.

El tipo de letra de la carta, por ejemplo, puede transmitir distintas sensaciones, como la de calidad y sofisticación, en el caso de tipografías cursivas. Además, el hecho de que en el menú se incluyan palabras en otros idiomas, como el francés o el italiano, transmite exotismo y tradición y, cuando se trata de términos en el idioma del país, en caso de cocina internacional, autenticidad.

Hay otro detalle en algunas cartas que también está pensado para que nos dejemos llevar por el momento y pidamos sin pensar demasiado. Se trata de la ausencia del símbolo del euro (o de la moneda que corresponda en cada país) al lado de las cifras de los precios. No siempre ocurre pero, cuando se hace, se sigue la teoría de que, al prescindir de este signo, nuestro cerebro es un poco menos consciente de que está gastando dinero.

Y en cuanto a las cifras, también son muchos los establecimientos que siguen utilizando la estrategia comercial de evitar precios redondos. Así si, por ejemplo, tenemos un presupuesto de 15 euros para un plato, es posible que el 14,95 nos haga parecer falsamente mucho más barato. Es una estratagema de marketing muy manida, pero se sigue confiando en ella.

Por otro lado, a veces los nombres de los platos también nos llevan a creer que estamos pidiendo algo muy elaborado, cuando en realidad no lo es tanto. Muchas veces pedimos una ensalada especial que aparece repleta de aparentes novedades en la carta, pero que básicamente es una bolsa de brotes variados con un chorro de vinagre en crema.

¿Y qué pasa con las cantidades? Muchos restaurantes optan por raciones pequeñas o muy ajustadas. La estrategia en este caso radica en que, así, el cliente pedirá más opciones. Es una buena propuesta cuando queremos probar muchas cosas, pero si se trata de un plato único, quizá no ese no sea el tipo de establecimiento que buscamos ese día.

En restaurantes caros tienen muy en cuenta la imagen que da su clientela. Por eso, si buscas una buena mesa para una ocasión especial, que cuides tu aspecto también podría ayudar.

Además, para conocer la experiencia de otros clientes, puedes recurrir a las valoraciones en Internet, que suelen dar muchas pistas sobre si el lugar es agradable, si está limpio, si el personal es amable y si la comida merece la pena. Aunque, eso sí, recuerda que generalmente los usuarios escriben algo cuando están descontentos con la experiencia… Así que busca también testimonios positivos o neutrales para tener varios puntos de vista. Y… ¡buen provecho!

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