Una peligrosa planta invasora, capaz de provocar quemaduras graves e incluso ceguera, se expande por los bosques del norte de Italia. Un informe reciente de la organización WWF ha confirmado la presencia del perejil gigante de Mantegazza (Heracleum mantegazzianum) en varias zonas del país, como Lombardía.
Originaria del Cáucaso e importada a Europa en el siglo XIX por su valor ornamental, esta especie exótica se ha convertido en una seria amenaza. Su rápida capacidad de propagación le ha permitido colonizar bordes de caminos, riberas de ríos y prados en gran parte del continente.
El perejil de Mantegazza es fácil de identificar por su imponente tamaño: puede alcanzar hasta cuatro metros de altura con un tallo robusto cubierto de espinas y grandes flores blancas que florecen en verano. Sin embargo, su principal peligro reside en su savia.
El simple contacto con la planta puede tener consecuencias severas. Su savia contiene furanocumarinas, unas sustancias fototóxicas que, al entrar en contacto con la piel y exponerse a la luz solar, provocan quemaduras, ampollas y lesiones que pueden dejar cicatrices permanentes. Si el contacto es con los ojos, el daño puede derivar en una ceguera temporal o incluso irreversible.
Las autoridades sanitarias advierten de que, en caso de tocar la planta, es crucial lavar la zona afectada inmediatamente con agua y jabón y evitar por completo la exposición al sol durante varios días.
En España, el perejil de Mantegazza está incluido en el Catálogo de Especies Exóticas Invasoras debido a su potencial para desplazar a la flora autóctona y al riesgo que supone para la salud pública, por lo que su introducción en el medio natural y su plantación están estrictamente prohibidas.





















