La Junta de Castilla y León y la Universidad Pontificia de Salamanca reunieron un total de 250.000 euros, a partes iguales, para devolver el esplendor a los retablos de la Real Clerecía de San Marcos, a través de distintas intervenciones de de restauración y conservación. La parte de financiación correspondiente a la Consejería de Cultura y Turismo, 120.000 euros, fue consignada hoy mediante una ayuda a la Upsa aprobada en el Consejo de Gobierno de este jueves.
J.M.A. / ICAL. Así lo explicó el consejero del ramo, Gonzalo Santonja, en declaraciones recogidas por Ical durante la presentación de los trabajos en el templo barroco, enclavado en pleno casco histórico de la capital salmantina, declarada Patrimonio de la Humanidad. El consejero reafirmó en su intervención la “visión clara” del Gobierno autonómico sobre “el papel que el patrimonio puede desempeñar en el desarrollo cultural, social y económico de los territorios”.
Santonja, quien refirió varias anécdotas de infancia para glosar la importancia que este templo tiene en su interés por el patrimonio, señaló que “el futuro de los municipios, especialmente aquellos con un rico pasado histórico como Salamanca, pasa por convertir el cuidado y la difusión de su patrimonio en una verdadera industria cultural”. Una industria, añadió, “que no solo conserve, sino que también genere oportunidades, fomente el turismo de calidad, impulse la educación y refuerce el sentido de identidad de sus comunidades”.
A continuación, el consejero calificó la restauración, llevada a cabo por la empresa Uffizzi Conservación, de “extraordinaria”, tanto “en lo que se ve”, como “en lo que no se ve. “Por detrás había problemas potencialmente muy peligrosos, así que hay que felicitarles porque están manteniendo esta joya del barroco español, que para mí es muy importante, como salmantino de Béjar”, insistió.
La Real Clerecía de San Marcos ya había sido objeto de atención y cuidado por parte de las instituciones públicas en diversas ocasiones. La Junta, en colaboración con otras entidades, ha contribuido a su conservación a lo largo de los años. La intervención más reciente fue la restauración del claustro de los Estudios, que llevó a cabo la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, con la colaboración del Gobierno autonómico. Con anterioridad, se realizó una actuación de conservación del retablo, dentro de las obras de restauración integral de la Clerecía acometidas por el Ministerio de Cultura y la Junta en 1989. “Hoy, se celebra una nueva etapa en ese compromiso compartido”, añadió.
Santonja recalcó que la conservación del patrimonio “no puede abordarse de forma aislada”, sino que requiere “diálogo, cooperación y una visión compartida” entre administraciones, universidades, fundaciones y ciudadanía. Por ello, apostó por una “política de intervención basada en la concertación institucional y en la sostenibilidad, tanto desde el punto de vista económico como social”.
Por ello, el consejero reconoció, no solo la labor docente e investigadora que la Universidad Pontificia de Salamanca ha desarrollado a lo largo de sus más de 80 años de historia, sino también “su compromiso con la protección y puesta en valor de su patrimonio”. “La Clerecía, con sus retablos y su arquitectura, es una imagen universal de esta institución y un símbolo de la ciudad. Confiamos en que estas iniciativas contribuyan a reforzar el papel de este edificio como motor de dinamización cultural y turística”, reflexionó.
Cultura y espiritualidad
Por su parte, el rector de la Universidad Pontificia de Salamanca, Santiago García-Jalón de la Lama, recordó que hacían falta una serie de actuaciones en el interior de este templo del Espíritu Santo, centradas en la conservación de su retablo mayor y de los retablos colaterales dedicados a San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier. Estas intervenciones, que se han llevado a cabo “con rigor y sensibilidad”, buscan, en sus palabras, “preservar la belleza y el valor simbólico de estos elementos patrimoniales, que forman parte del alma de la Clerecía y de la ciudad”.
Según explicó el mandatario académico era necesario dotar de algunos instrumentos a la estructura de los retablos para evitar su deterioro y su posible ruina futura. “Estamos en un templo que está estrechamente vinculado a la vida de esta ciudad, que goza de una vida cultural especialmente rica. Y esto, que es una impresionante obra de arte, no se debe olvidar que es un templo y, si se pierde esa perceptiva, se perdería también el sentido de obra de arte que tiene, sería un salón cuya función última se desconoce y que, por consiguiente, no se llega a entender. De ahí que la Universidad quiera recuperar y dignificar este espacio para que cumpla ese cometido y ponerlo a disposición de todos los salmantinos, castellanos y leoneses y de todos los que nos visiten”, resumió.
Finalmente, la responsable de la empresa Uffizzi Conservación, María Luisa López Ávila, explicó que la intervención constó de varias operaciones fundamentales. La primera de ellas, referida a la fijación y consolidación de las policromías. “Hemos ido zona por zona, elemento por elemento, trabajando manualmente con un equipo de ocho conservadores, que en las últimas semanas se amplió a diez para llegar a tiempo a los plazos”, añadió en este sentido.
A continuación, llevaron a cabo una limpieza exhaustiva, tanto en el anverso como en el reverso de la estructura. “El retablo mide 22 metros de altura y por dentro tiene una estructura con varios pisos, a la que hemos accedido y hemos retirado kilos de sedimento que estaban deteriorando todo el conjunto. “Hemos aprovechado también apara recopilar datos, retirar instalaciones eléctricas antiguas y realizar una limpieza química para recuperar el esplendor de las policromías. Esto se verá más cuando esté la nueva iluminación, especialmente en la parte de arriba”, concluyó.
