Los socios de Sánchez cierran filas ante una alternativa del PP con Vox

"Sumar no permitirá que esta luz se apague", le dice Yolanda Díaz a Pedro Sánchez, pero le exige regeneración democrática y medidas de transformación social
ERC, Junts, Bildu y PNV exigen al presidente medidas sociales y contra la corrupción para mantener su apoyo
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, este miércoles en el Congreso.

Todos los socios de gobierno y de investidura de Pedro Sánchez han lanzado este miércoles una seria advertencia sobre la debilidad de la legislatura, pero ninguno ha abierto la puerta a hacer caer el Ejecutivo. Con matices en la dureza de sus discursos, los portavoces de ERC, Junts, EH Bildu y PNV han exigido al presidente acciones concretas, tanto sociales como contra la corrupción, como condición para mantener la estabilidad. El mensaje de fondo fue unánime: la corrupción es un mal del bipartidismo y, por tanto, no apoyarán una alternativa liderada por el Partido Popular.

Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda, confirmó el respaldo de Sumar al plan anticorrupción de Sánchez, de quien dijo confiar en su «honradez». La líder de Sumar enmarcó el ‘caso Koldo’ en «una forma de gobernar en España» propia del bipartidismo y aprovechó para sacar pecho, asegurando que 10 de las 15 medidas anunciadas por el presidente fueron propuestas por su partido. No obstante, le dejó un recado a Sánchez: «Gobernar no es resistir, es transformar».

Advertencias y condiciones del bloque de investidura

El resto de socios elevaron el tono de la exigencia y coincidieron en un punto clave: el argumento del «miedo a que vienen PP y Vox» ya no es suficiente. «No se puede sostener una mayoría como la actual solo con ese argumento», advirtió Mertxe Aizpurua, de EH Bildu, instando a abandonar la dinámica del «tú más».

Desde el PNV, se le reclamó al presidente dar «todo lujo de detalles» sobre el escándalo. De lo contrario, le plantearon tres escenarios: una cuestión de confianza, la dimisión o la convocatoria de elecciones.

Míriam Nogueras, de Junts, fue tajante al decirle a Sánchez que está «en la prórroga, y la prórroga no dura toda la legislatura». La portavoz de Junts situó la corrupción como «uno de los vicios del franquismo que PP y PSOE mantienen intactos» y recordó que su único objetivo es «defender los intereses de Cataluña», no asegurar la estabilidad de ningún gobierno.

Más duro fue el tono de Podemos. Su portavoz, Ione Belarra, se desmarcó del resto al afirmar que el PSOE no puede ser parte de la solución porque es «parte fundamental del problema».

El giro hacia la agenda social

Más allá de la corrupción, los socios aprovecharon la debilidad del presidente para poner sobre la mesa sus prioridades sociales. Gabriel Rufián, portavoz de ERC, centró su intervención en esta área, advirtiendo de que si el ‘caso Cerdán’ se expande, habrá que permitir «que la gente decida». Sin embargo, su principal demanda fue un giro social. «Le propongo tres medidas realmente radicales: vivienda, vivienda y vivienda», enfatizó, preguntándole al presidente: «¿Cómo quiere que la juventud valore algo si vive en zulos a precio de palacio?».

Rufián, que volvió a brillar con luz propia, mandó callar a los e Vox que intentaban sabotear sus intervención realizando comentarios en voz alta.

Gabriel Rufián, en la tribuna del Congreso, este miércoles.

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