Es un insecto diminuto que no suele pasar de los 3,5 cm de largo cuando llega a la adulted. Hasta su nombre científico parece como si le quedara grande: stegobium paniceum. Pese a su tamaño, es capaz de hacer estragos en tu despensa y cocina. También se llama gorgojo del pan (o incluso de las galletas) y puede suponer uno de las plagas más molestas del hogar. Es de los ladrones de comida más minúsculos y sigilosos.
Su presencia contamina los alimentos y hasta puede agujerear envases. Deja, además, rastros de telaraña y también come papel. Hasta puede dañar libros e incluso cuero. Tiende a tener familia numerosa, lo que dificulta su erradicación, pues las hembras son capaces de depositar 300 huevos al año.
Los adultos son de color castaño, con rayas longitudinales, mientras que las larvas son blancas o amarillentas y tienen un apetito voraz: galletas, harina, pasta, pan, especias, infusiones, cacao o frutos secos corren peligro si nuestros armarios están infestados de ellas. En definitiva, todo lo que guardamos en la despensa puede acabar contaminado. Incluso el pienso para animales. Además, dejan sus excrementos allá por donde pasan.
No transmiten enfermedades, pero estos gorgojos no son bienvenidos en ningún hogar. Y aunque la mejor opción para erradicarlos en casos muy graves es contratar una empresa especializada en eliminación de plagas, hay varios consejos útiles antes para actuar con rapidez mientras esta opción se materializa.
- Di adiós a los productos afectados.- Si hay ejemplares adultos, larvas o restos de su paso por tus alimentos, debes deshacerte de ellos. Para eliminar cualquier posible resto de vida puedes congelar estos productos o bien calentarlos a más 60º (incluyendo los que aparentemente están a salvo, para no correr riegos).
- Limpieza a fondo.- Cada superficie y rincón debe ser desinfectado. Una solución de agua y vinagre suele funcionar bien en estos casos. Y para secar todo, puedes ayudarte de un secador de pelo, con el que obtendrás un resultado más preciso.
- Preserva todo herméticamente.- Para prevenir la situación, es recomendable utilizar recipientes herméticos para guardar los alimentos. Tarros de cristal reutilizados u otros contenedores específicos de cocina son mucho más seguros que los propios envases de los productos, sobre todo cuando estos son de papel o cartón.




















