La ‘Mujer tendida’ de La Alamedilla, rejuvenecida

La obra de Agustín Casillas situada en La Alamedilla, como nueva tras la restauración de Miguel García, que trabaja en otras esculturas de Salamanca
El restaurador y pintor de vítores Miguel García, junto a la escultura que acaba de restaurar en el parque de La Alamedilla. Fotos: Pablo de la Peña.

Este viernes se ha hecho la entrega simbólica de la primera de las seis estatuas de Salamanca que el Ayuntamiento ha encargado remozar. De ello se está encargando el restaurador y pintor de vítores Miguel García. Del total, cuatro de las obras son del escultor salmantino Agustín Casillas, creador también de ‘Mujer tendida’, que representa a una figura femenina desnuda recostada de lado. La figura se instaló en el parque de La Alamedilla en los años 60 y, desde ahora, muestra una imagen recién renovada gracias a la concienzuda labor de recuperación desarrollada por García.

Reparar la pieza no ha sido fácil. “Había mucho musgo, líquenes y vegetación en general adherida al soporte de la propia escultura. El reto ha sido eliminarla para recuperar, en la medida de lo posible, el estado original de la obra”, relata.

La escultura también presentaba “fisuras, aplicación de mortero y masilla en algunas zonas y, en otras, pérdidas de volumen” que sacaba a relucir la estructura de forja que la obra, hecha de hormigón, tiene en su interior. Todo ello, fruto de intervenciones anteriores, según detalla el restaurador.

A partir de ahora, y tras los trabajos de recuperación, “se aprecia con mayor detalle la llave que la mujer está señalando con el dedo que, bajo mi punto de vista, tiene una cierta forma femenina, erótica”, y que se encuentra en la zona baja de la figura, en la peana.

En la parte izquierda de esa misma base y, aunque difícil de ver, se puede apreciar la firma de Casillas y el año de elaboración, 1963.

‘Mujer tendida’, de Antonio Casillas, recién restaurada.

El encargo ha sido para García “un gran reto, sobre todo por trabajar en un exterior y en verano”. Los insectos también se lo han puesto difícil al restaurador.

Además, cuando el artista ya tenía libre de suciedad y vegetación la escultura, se encontró con otra desagradable sorpresa: excrementos de pájaro arruinando sus horas de trabajo. Para protegerse en este sentido, García optó por instalar un plástico que cubriera su intervención.

El encargo del restaurador salmantino no acaba aquí. “Ya tengo avanzadas otras imágenes a las que les he ido aplicando otros tratamientos” pero, para preservarlas de forma adecuada, “tienen que ser al menos controladas y vigiladas una vez al año, ya que, al estar en un entorno natural, el deterioro que van a tener es elevado y sería recomendable intervenirlas antes de que pasaran otra vez cinco o diez años”, advierte García.

‘El rapto de Europa’, también de Casillas, a la espera de los trabajos de mejora.

Otras de las esculturas que el artista va a restaurar en La Alamedilla son ‘El rapto de Europa’, de Casillas y el escudo de Salamanca en piedra de Villamayor que el ya fallecido escultor salmantino recuperó para instalar en la vía pública, obra original del escultor Victorio Macho.

Escudo de Salamanca situado en La Alamedilla. La obra también será restaurada.

3 comentarios en «La ‘Mujer tendida’ de La Alamedilla, rejuvenecida»

  1. Nunca es tarde si la dicha es buena pero el consistorio no puede hacer dejación de sus funciones de cuidar el patrimonio tanto tiempo como han estado estas estatuas emblemáticas de la Ciudad de Salamanca en estado deplorable.
    ¡Nunca más!

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  2. La Ninfa de la Alamedilla

    Tumbada sobre la hierba sin testigos,
    la sombra la persigue paso a paso,
    ella ha dibujado en la arena un gran lazo,
    una llave para abrir sueños antiguos.

    La vida gira en torno a muchos testigos,
    pero nadie municipal le hacía caso,
    como Eva creada de Adán en barro escaso,
    esperando manos y corazones de amigos.

    Su pecho suspira profundo y calla,
    el viento entre susurros las ondas diluye
    mientras su alma un único artista escucha.

    Quién recoge mis lamentos, concluye
    en una tarde de verano sin brújula
    ella es el templo que don Agustín instruye.

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