La exalcaldesa de Villamayor y exsenadora socialista por Salamanca, Elena Diego, aseguró este miércoles ante el Tribunal Supremo que la juzga por presunta prevaricación que la denuncia es fruto de una venganza por desamor.
Diego declaró que fue víctima de un acoso sentimental por parte del entonces interventor del Ayuntamiento de Villamayor, que le declaró su amor y ella no le hizo caso.
Aseguró que el funcionario estaba obsesionado con ella, le dejaba notas y se cambió de casa para vivir cerca de ella, y que al no corresponderle le juró venganza y que acabaría con su carrera política.
Atribuye a eso la denuncia por prevaricación por la que el fiscal pide ocho años de inhabilitación para ejercer un empleo o cargo público por un delito de prevaricación administrativa, cometido cuando era alcaldesa de Villamayor por la contratación irregular de dos monitoras de cultura.
Junto a ella está siendo juzgada Cándida Egido, concejal del mismo Ayuntamiento en el momento de los hechos.
Resposabilidad civil
Las acusaciones, además de la condena por prevaricación, han solicitado una responsabilidad civil para las dos acusadas de 30.000 euros.
Según el ministerio público, Diego dictó un decreto en el que acordaba la contratación de dos empleadas, aunque una de ellas “ni siquiera” había participado en el concurso de méritos y otra no figuraba en la propuesta que elevó el tribunal calificador con los aspirantes que habían superado las pruebas con mejor puntuación. El interventor formuló reparos sobre este hecho.
