«En el extremo sur de la ciudad, junto al camino de Santiago, hay un parque que a pesar de estar muy apartado es frecuentado por personas que llevan allí a sus perros. Tiene fuente, árboles, bancos y sombra, no se necesita más. Bueno sí, unas papeleras. Las hubo, pero no queda ninguna», explican desde el Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca.
«Seguramente alguien las rompió y no se volvió a saber nada de ellas, curiosamente no queda ni rastro de ellas. Si no las hubiéramos visto durante años, diríamos que allí nunca las hubo», prosiguen.
«Hace ya muchos meses que desaparecieron y el Ayuntamiento -incomprensiblemente- no las ha repuesto», agregan.
La asociación Comité Antinuclear y Ecologista ha pedido al Consistorio que las reponga. «Parece que las papeleras más frecuentes en nuestra ciudad son demasiado vulnerables a la acción de los gamberros. Seguro que hay en el mercado modelos más duraderos…», concluye.




















