Amenazó a punta de navaja al camarero y a los policías

El ladrón fue reducido con un dispositivo de inmovilización eléctrico

Agentes de la Policía Nacional de Salamanca detuvieron a un hombre por varios delitos, uno contra el patrimonio, otro contra el orden público y, por último, contar la libertad.  

Todo comenzó con una llamada telefónica en dependencias policiales, en la cual, el alertante, propietario de un bar de la zona de Capuchinos, manifestaba haber sido víctima de un robo violento.

Según informaba la víctima, un hombre del cual facilitó una detallada descripción tanto física como de vestimenta, había accedido al interior de la barra del bar y, esgrimiendo una navaja, había sustraído dinero en efectivo, indicando también la dirección de huida.

Varias patrullas acudieron al lugar de los hechos, entrevistándose unos con la víctima, mientras otros realizaban una inspección por las inmediaciones, localizando a un individuo que coincidía plenamente con las características aportadas, que al percatarse de la presencia policial emprendió la huida a la carrera.

Los agentes bajaron del vehículo policial e inician la persecución por varias calles de la ciudad, dándole el alto en numerosas ocasiones de viva voz, haciendo caso omiso el perseguido.

Tras ser alcanzado, el agresor hizo frente a los agentes, portando una navaja abierta con actitud amenazante y con intención clara de alcanzarlos, por lo que una vez más, los agentes vuelven a ordenarle que depusiera su actitud y tirara el arma al suelo.

Nuevamente el autor, con la navaja en la mano y en permanente comportamiento intimidatorio, intenta zafarse de la actuación policial con intención clara de conseguir su propósito de escapar.

Con la llegada de nuevos refuerzos a la intervención, los policías consiguieron cubrir todas las posibles vías de huida, y continúan ordenando al hombre que arrojara el arma y obedeciera las instrucciones que reiteradamente, de forma clara y concisa estaba recibiendo.

El agresor, lejos de cumplir con las directrices impartidas por los agentes, continúa esgrimiendo el arma de manera más amenazante, acometiendo a los policías. Ante las continuas negativas por parte del perseguido de obedecer las órdenes transmitidas por los intervinientes, uno de los mismos extrae su dispositivo de inmovilización eléctrico de dotación, y advierte una vez más que de mantener su comportamiento y no seguir las instrucciones que está recibiendo, no le quedaría más remedio que usar el dispositivo de inmovilización.

Finalmente, y al no conseguir que el autor de los hechos tirara el arma al suelo, el funcionario hizo uso del dispositivo, consiguiendo la inmovilización del hombre para desarmarlo, recuperando la navaja y los 135 euros que había sustraído del bar, procediendo a su detención y traslado a dependencias policiales.

Una vez finalizados los trámites documentales, el detenido pasó a disposición del juzgado de instrucción en funciones de guardia de esta ciudad, decretándose su ingreso en prisión.

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