El plazo idóneo para el uso de las sábanas de una cama es de siete días. Así lo confirma The Washington Post tras consultar a varios expertos, quienes concluyen que ese ha de ser el tiempo máximo de uso para este tipo de ropa del hogar.
Aparentemente, las sábanas pueden parecer limpias tras una semana de uso, siempre y cuando no haya manchas evidentes, pero existen razones microscópicas por las que el cambio es aconsejable. Se trata de los restos minúsculos que dejan nuestros cuerpos, como células muertas, posibles bacterias, restos de crema, sudor, grasa, cabello, hongos…
A ello se suman otros organismos, como los ácaros del polvo, que pueden influir negativamente en personas con alergias o asma.
En caso de tener mascota, la presencia de pelos será también inevitable, entre otros restos de suciedad inapreciables, pero que están ahí.
Alargar un poco más el cambio de sábanas es posible para quienes se duchan siempre antes de irse a la cama y que, además, no conviven con animales.
Sobre cómo lavar las sábanas, los expertos consultados por el citado medio aconsejan hacerlo en caliente, con una temperatura de entre 40?a 60 grados, y sin sobrecargar la lavadora, para que puedan moverse libremente y el lavado sea efectivo.
Asimismo, el artículo recomienda lavar las almohadas cada 2 o 3 meses; el edredón, mensualmente o al menos dos veces al mes (sobre todo si se usa sin funda); y el protector de colchón, cada cada 1-2 meses. Además, advierten de que el suavizante puede formar una capa que atrape con más facilidad la suciedad, por lo que, para lograr un efecto suave, apuestan por vinagre blanco, en lugar del suavizante.
Recomiendan, además, asegurarse de que las sábanas están bien secas antes de ponerlas en la cama o guardarlas en el armario, para evitar la aparición de moho. Y, aunque la plancha no es obligatoria, aseguran que es perfecta para eliminar cualquier microorganismo resistente al lavado.





















