[dropcap]P[/dropcap]artiendo de la afirmación de que la soledad solo es una elección posible si se tiene una vida social saludable, pasaríamos a ver qué pasa con la amistad, qué es, qué debería ser y cómo a veces la pensamos incorrectamente.
Para empezar podríamos decir que es una forma de amor a otras personas que no nos han sido impuestas sino elegidas y digo forma de amor porque si no, no hablaríamos de amistad sino de intercambio de intereses.
Es cierto que la mayoría de las personas piensan el amor o lo pensamos como un intercambio de amor a cambio de amor. De hecho siempre tratamos de medir con un rasero casi de equidad: yo te he dado tanto, tú no me das lo que yo te doy, porque siempre soy yo quien tiene que llamar para quedar, porque si yo no lo organizo no sale nada para adelante, porque alguna vez me gustaría que me llamaran ellos, porque yo llamé tres veces y ahora corresponde que ellos me llamen,…
Todo eso es muy razonable, pero no deja de seguir siendo una relación de intereses que la tratamos de pensar como biunívoca. No diré que ese no es un modo de entender las relaciones humanas, también la amistad, pero realmente es el modo más humano de entender esa relación.
Yo, sin lugar a dudas, diría que no y que ese modo de relacionarse, ese modo de demandar es muy infantil. Es una postura en la que lo que se manifiesta es como si solo hubiera dos personas que se demandan. Es esa primera instancia evolutiva donde solo están en juego yo y mi madre, y el mundo es yo y ella. No hay más hasta que entra el padre.
No se sienten identificados con alguna amistad así donde les exige que siempre estén con él o con ella y, si no, sienten que es una deslealtad incluso cuando se le incluye para que vayan con más amigos.
[pull_quote_left]Del mismo modo que hay personas que eligen parejas que siempre les abandonan, hay personas que eligen amigos que siempre les van a abandonar. Si eso te pasó una vez vale, pero si te pasa cinco o más ya no es una cuestión de los otros, sino de uno mismo.[/pull_quote_left]Luego ya tenemos una posibilidad más saludable respecto de la amistad y es la inclusión del tercero, es decir, la inclusión del padre mi amigo y yo podemos y tenemos terceros, lo cual a ambos nos obligará a arreglárnoslas con los celos. Sí, sí. Han oído bien. Los celos, ¿o acaso creen que eso solo era algo de hermanos o de parejas? Es algo del ser humano con respecto a cualquier otro humano. Quien no se maneje con ellos le será difícil tener amigos.
Y luego, qué amigos elegimos: los que nos rinden pleitesía, los que nunca están de acuerdo con nosotros, los sumisos o los dominantes respondones,… Obviamente, cada uno elige según su propia personalidad y gustos. También elige inconscientemente.
De hecho, del mismo modo que hay personas que eligen parejas que siempre les abandonan, hay personas que eligen amigos que siempre les van a abandonar. Si eso te pasó una vez vale, pero si te pasa cinco o más ya no es una cuestión de los otros, sino de uno mismo.
Otra cuestión es la evolución en la amistad a medida que se desarrolla tanto cronológicamente como mentalmente el ser humano.
No son iguales los amigos a los 10 años que a los 20, que a los 40, que a los 60. Van variando. Solo quien mantiene los amigos de siempre es porque esa amistad también sufrió esa evolución. Dicho esto, también hay amistades que tienen su periodo de caducidad, del que solo podremos saber mucho después.
Tener uno o varios amigos también implica tener una o varias maneras de pensar. Que puede uno tolerar formas de pensar diferentes a la suya propia.
[pull_quote_left]La amistad requiere una enorme cantidad de trabajo sin la cual no es posible y la cual, lejos de ser un mero esfuerzo, es una enorme cuota de satisfacción.[/pull_quote_left]Quien no tolera modos distintos es muy difícil que tenga amigos diferentes. Uno no sabe muchas veces cuantas podrá tolerar hasta que las tolera. En principio, ningún amigo o amiga hace las cosas en contra de nosotros. A veces no con la habilidad social esperada o con el tacto oportuno, pero si desean seguir siéndolo no será por una razón de en contra de nada ni nadie.
Tengo el gusto de comunicarles que como cada una de todas las cosas que en la vida realmente merecen la pena, la amistad requiere una enorme cantidad de trabajo sin la cual no es posible y la cual, lejos de ser un mero esfuerzo, es una enorme cuota de satisfacción.
Nota: un amigo, una amiga no están ni para contarles ni para que te cuenten sus penas ni malos rollos. Están para poder conversar de todas aquellas cosas que te sacan precisamente de ellas. Para las confesiones, los curas; para las demandas de amor, las mamás; para la salud mental, los psicoanalistas, y para conversar tranquilamente de los proyectos la vida y compartirla, los amigos.
[quote_box_left]Mª Carmen García Mateos
Psicóloga y psicoanalista
de Grupo Cero
Telf: 651831296
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