Salmantinos desafortunados en el amor

Todos charros los que han acudido a ligar a 'First dates' han recibido calabazas, excepto en uno de los seis participantes
Carlos, Esther, Julio, David, Ana y Raquel, participantes salmantinos en ‘First Dates’. Fotos: Cuatro.

El programa te Cuatro ‘First Dates’ es la fórmula que decenas de solteros elijen para intentar ligar desde que el espacio se estrenó hace ya unos once años. Participantes de todo el país acuden para conocer a alguien especial con quien esperan que surja una conexión más a allá de una simple cena. También ha habido presencia salmantina en este tiempo. ¿Quiénes eran? ¿Cómo les ha ido? ¿Qué ocurrió durante sus citas en el plató? ¿Hubo algo fuera la tele? De todo ha habido, pero poco amor.

Los participantes de Salamanca, tanto de la capital como de la provincia, no han tenido mucha suerte en el programa. Desde 2020 hasta el año pasado, al menos seis aspirantes a subirse al tren del amor han tenido una cita en ‘First Dates’, procedentes tanto de la capital como de la provincia, y solo una pareja quiso tener un segundo encuentro.

Del total, cuatro son hombres (David, Carlos, Fernando, Julio) y dos mujeres (Esther y Raquel). Esta última fue la única que acordó otra cita fuera de Cuatro, es decir, una segunda oportunidad para seguir conociéndose con quien el programa había elegido para ella, Rómulo.

El primer representante de Salamanca fue David, de 32 años, un agricultor y DJ que acudió desde la capital para conocer a Carla, una estudiante de Lugo de 25 años, cuya frase “solo he pasado de pasada por la costa de Salamanca” quedó para la posteridad del programa. David estuvo sonriente durante casi todo el encuentro y también se tomó con humor la confusión de la joven. “Por ahí, costas poquitas… Está Portugal a dos horas o tres”, le explicó.

Pero ella ya tenía tomada su decisión: “Vaya o no vaya -a Salamanca-, no creo que a él lo vaya a avisar”. Y, en efecto, la muchacha rehusó una segunda cita porque no sintió la conexión que esperaba (sus caras y su tono de desinterés durante la conversación ya lo anunciaban), a pesar de que el salmantino estaba dispuesto a profundizar más.

La gallega dejó caer que tal vez tendrían futuro “como amigos”, pero “no como pareja”. Se despidieron con castos besos en la mejilla y un “bueno, pues… ha sido un placer” por parte de él. Sucedió hace ya cinco años.

David, salmantino, y Carla, la cita que lo rechazó.

Dos años después, en 2022, Esther, una carnicera y tiktoker de Salamanca, fue seleccionada para acudir al programa, donde compartió velada con un bailarín cubano procedente de Barcelona, Chiky. En un principio, la charra mostró interés por él: confesó predilección por los mulatos y contó que había pedido esta característica para su potencial pareja (Chiky lo es). En un principio, surgieron puntos en común, en concreto, el baile, pues ella se acababa de apuntar a clases en aquel momento.

Él habló sobre su faceta de profesor y coreógrafo y sobre un proyecto con otros bailarines, y hasta llegaron a bailar juntos. Todo parecía ir sobre ruedas, hasta que hubo algo que a Esther le chirrió. No le gustó demasiado el tipo de espectáculo en el que el cubano estaba inmerso, algo “rollo stripper, pero sin quitarse la ropa”, como recoge la web de Cuatro. Otro punto de discordia fue su tipo de relación con los animales porque, aunque los dos aseguraron que les encantan, a él le disgusta compartir cama con ellos y la salmantina adora dormir con sus mascotas.

Sobre una posible segunda cita, y aunque Esther estaba dispuesta, Chiky dijo que no, pues “no había sentido lo que él esperaba para formar una pareja” (dejó abierta la opción de ser amigos, como ocurrió en la cita del anterior salmantino, David).

Chiky y Esther, en ‘First Dates Salamanca’.

El tercer salmantino que probó suerte en el programa que presenta Carlos Sobera llegó desde Tamames en 2023. Se trata de Carlos, ganadero, “cristiano pero no practicante”, quien contó que trabajaba en una fábrica de embutidos del pueblo, y al que citaron con Alicia, estudiante residente en Madrid y natural de Córdoba. Él quiso agasajarla con productos de la tierra y le regaló dos paquetes de embutido ibérico de bellota.

Para la chica fue un buen principio, pues ella buscaba a alguien que comiera de todo y que disfrutara de los guisos tradicionales de su abuela. Ambos procedían de pueblos pequeños y compartían valores vinculados con el ámbito rural, así que la conversación empezó a fluir bien por esta vía.

Pero Carlos no tenía los fines de semana libres debido a su trabajo en la ganadería y eso supuso una bandera roja para Alicia, que prefería alguien que sí los tuviera. Además, cuando hablaron sobre parejas y él explicó no tener nada fijo, pero sí varias amigas, su forma de referirse a ellas tampoco agradó a la joven. Él, sin embargo, estaba encantado con la estudiante: “Eres una chica super simpática y no es fácil encontrar a alguien así”, le dijo. Pero se quedó sin segunda cita, porque ella no estaba interesada, en especial por los horarios de trabajo del tamamés.

Carlos, de Tamames, junto a Alicia.

La siguiente candidata procedente de la provincia salmantina fue Ana, de Villares de la Reina, enfermera, que cenó en el plató de ‘First Dates’ con Fernando, quien reconoció haber sido un manojo de nervios durante todo el encuentro. Incluso llegó a decirle que lo que más le gustaba de ella era su profesión y, aunque trató de arreglarlo, no lo logró.

La presencia de la salmantina dejó huella en ‘First Dates’, cuya web la define así: “A Ana le suelen decir que es una persona de luz y que hace grandes a los que están a su lado, pero en el amor no ha tenido esa suerte. Suele asustar un poco porque es una mujer muy grande, pero luego la cosa cambia. Ha estado casada, tiene dos hijas y su última relación desapareció ‘se fue, de la noche a la mañana’, algo que le ha marcado en su vida. Ahora quiere volver a enamorarse, pero reconoce que tiene el listón muy alto y que se ha vuelto un poquito superficial”.

Y que Ana lo necesitaba todo alto, pues incluso su candidato le pareció demasiado bajo. “No consigo encontrar a un hombre más alto que yo”, lamentó, en referencia a la estatura de Fernando, apasionado de la astrología y el esoterismo (incluso destacó que lee las cartas). En esta ocasión tampoco hubo segunda cita: “es muy plano para mí”, sentenció la de Villares de la Reina, quien se vio en fotos con él y definió las imágenes como “horribles”.

Fernando y Ana, enfermera de Villares de la Reina.

Sin embargo Raquel, la camarera extremeña afincada en Salamanca de 24 años, tuvo mejor fortuna el año pasado en esta ‘ruleta del amor’ cuando conoció a Rómulo, un albañil de León de 27 que sintió atracción física por ella desde el primer momento, en especial por sus tatuajes (también ella dio el visto bueno a los de él).

La chica se definió como “una auténtica revolución”, motivo por el cual cambió su pueblo de Plasencia, de unos 600 habitantes, por Salamanca. Al mismo tiempo, dijo ser “muy señora de mi casa”.

Durante la cena, ambos se intentaron ‘picar’ y compartieron risas. Ella se quedó muy sorprendida de que él le echara más años de los que tenía pero, aún así, concluyó que aquella había sido “la cita perfecta”. Ambos sintieron la química que esperaban y decidieron mantener otra cita.

Raquel, extremeña residente en Salamanca.

Los productos cárnicos típicos de Salamanca volvieron a estar presentes en ‘First Dates’ como estrategia para ligar. Fue a través de Julio, de Villares de la Reina y gestor de compras en un taller de tractores, que se presentó con un taco de lomo curado casero. Al joven de 21 años le prepararon un encuentro con Álex, una zamorana residente en León muy creativa que, en un primer golpe de vista, gustó físicamente al muchacho: “La habéis clavado, chicos”, confirmó al equipo del programa.

Tras un buen rato de charla, llegó el momento de probar el lomo embuchado de Julio, y a la zamorana le sorprendió tanto su buen sabor como que lo hubiera elaborado el propio salmantino. El chico relató que practicaba crossfit y que, pese a haber roto con su pareja, a veces mantenía encuentros íntimos con ella: “De vez en cuando cae”, se sinceró. También explicó que le encantaba la vida rural y que disfrutaba ayudando a su abuela en todas las tareas que ella le encomendaba.

Y otra vez fue inviable una segunda cita pues, aunque el salmantino, quien acudió en busca de una chica educada, atrevida, alta, ya fuera “rubia o pelirroja”, sí estaba dispuesto, Álex no experimentó atracción sexual y contó que buscaba a alguien con más inquietudes que Julio, quien también confesó que adoraba su pueblo, sobre todo por “la paz” que en él se respira en el día a día.

Julio y el presentador Carlos Sobera, cuando el de Villares le mostró la pieza de lomo casero de elaboración propia.

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