Los asesores financieros Simón Pérez y Silvia Charro se hicieron populares en Internet por un vídeos sobre hipotecas a tipo fijo difundido en 2017, pero quizá no tanto por sus consejos, sino por el estado en el que hacían sus recomendaciones, posiblemente bajo los efectos de alcohol o drogas. El espectáculo fue tan bochornoso que el medio que los había contratado, Periodista Digital, optó por despedirlos. Desde entonces, su situación parece haber empeorado.
Crearon sus propios canales online y él empezó a aceptar retos humillantes que sus seguidores le proponían a cambio de donaciones. Recientemente, Pérez ha ingresado en una clínica psiquiátrica, según ha confirmado su pareja, quien ha explicado que vivía una situación insostenible debido, en parte, a su adición a sustancias ilícitas.
Semanas después, Pérez ha reaparecido públicamente en directo a través de la plataforma australiana Kick, donde ha consumido todo tipo de sustancias ante quienes visualizaban su intervención en vivo. Su lamentable fórmula de cumplir retos denigrantes sigue en pie: los usuarios le pagan por realizar atrocidades contra sí mismo tales como volcar sobre su cabeza un cubo de vómito o ingerir su propia orina.



















