Una de las tapas que ‘guardan’ el cableado de telefonía está rota y es una trampa para los viandantes que vayan distraídos por la calle Ancha.
El agujero tiene doble peligro, por una parte el hueco abierto en la plancha metálica, y por otro lado al estar levantada, el caminante se puede tropezar y caer.
La trapa fragmentada está una zona de turismo, porque se encuentra próxima a la iglesia de La Purísima y a la fachada del Palacio de Monterrey.




















