El IPC sube en julio por la electricidad y transportes

El Índice de Precios de Consumo (IPC), ha vuelto a subir y se sitúa en el 2,7% interanual, según datos facilitados este miércoles por el INE
Luces encendidas. (Pixabay)

La cuesta de julio ha sido más empinada este año. El coste de la vida en España, medido por el Índice de Precios de Consumo (IPC), ha vuelto a subir y se sitúa en el 2,7% interanual, según datos facilitados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En resumen, aunque el dato general de inflación se aleja temporalmente del objetivo del 2% del Banco Central Europeo (BCE), la tendencia de fondo parece mantenerse estable, con la energía como principal factor de la subida actual. Te explicamos qué significa esto y cuáles son las claves para entenderlo.

El motor de la subida: la energía

El principal motivo de este repunte se encuentra en los costes energéticos. La factura de la luz ha subido en julio, a diferencia del año pasado, cuando se registró una bajada significativa. A esto se suma el encarecimiento de los carburantes, una tendencia habitual en verano por el aumento de los desplazamientos.

El Ministerio de Economía señala que parte de la subida se debe a un «efecto estadístico»: como los precios de la luz fueron inusualmente bajos en julio de 2024, la comparación interanual provoca que el aumento actual parezca más pronunciado.

La inflación estructural, más contenida

A pesar del dato general, la inflación subyacente —que es la que no incluye los precios más volátiles como la energía o los alimentos frescos— ofrece una visión más estable. Se sitúa en el 2,3%, lo que sugiere que las presiones inflacionistas de fondo en la economía están más controladas y no se han disparado.

El impacto en el día a día

  • Vivienda: Este es el apartado que más sube, un 6,7%, arrastrado directamente por el mayor coste de la electricidad.
  • Transporte: Llenar el depósito o comprar un billete de avión es más caro que hace un año, lo que ha provocado una subida del 0,2% en este grupo.
  • Alimentación: En el lado positivo, algunos alimentos básicos han bajado de precio. El caso más destacado es el del aceite de oliva, que ya cuesta un 50% menos que en el pico alcanzado en abril de 2024, volviendo a niveles de 2022.

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