El incendio de Cáceres, a punto de entrar en Salamanca

El gran incendio forestal de Jarilla, en Cáceres, está fuera de control cinco días después de su inicio, el martes por la tarde debido a un rayo. El fuego ha calcinado ya 9.000 hectáreas en un perímetro de 100 kilómetros, ha obligado a evacuar y confinar a más de mil personas y amenaza con saltar a Castilla y León por la Sierra de Béjar, de la que ya está apenas a siete kilómetros.

Ante la magnitud del desastre, la presidenta de Extremadura, María Guardiola (PP), ha reclamado más medios al Ejército y ha exigido al Gobierno central que active el mecanismo de ayuda europeo.

Un «monstruo con vida propia»

La situación es crítica. «En un 70% no tenemos capacidad de extinción, está en manos de las condiciones meteorológicas», admitió el consejero de Presidencia, Abel Bautista. El avance del fuego es tan virulento e impredecible que los técnicos aseguran que «tiene vida propia», lo que impide trazar una estrategia clara para combatirlo.

Las condiciones empeoraron drásticamente con la formación de un pirocúmulo —una nube de fuego generada por el calor extremo—, que ha provocado que el flanco norte esté «absolutamente desbocado». Las llamas ya han superado el Puerto de Honduras y se dirigen hacia Castilla y León, un salto que la Junta de Extremadura da prácticamente por hecho.

El politiqueo que no falte

La gestión de la crisis ha derivado en un enfrentamiento político. María Guardiola ha reiterado su petición de ayuda al Ejército de Tierra, más allá de la UME, una solicitud denegada por el Gobierno por «falta de disponibilidad».

Por ello, Extremadura exige ahora que se active el mecanismo europeo de Protección Civil para recibir ayuda internacional. Sin embargo, esta solicitud debe ser tramitada por el Gobierno central. El consejero Abel Bautista ha criticado al Gobierno central: «Me cuesta entenderlo cuando la ayuda está justificada. Si hay silencio administrativo, puede haber negligencia».