El Ayuntamiento de Salamanca y la Dirección General de Acción Social acordaron en marzo de 1983 poner en funcionamiento el Hospital de San Juan de Dios, en el barrio de Las Pajas. Estaba totalmente equipado, pero no había llegado a funcionar. Había sido convento de dominicas, y al quedar vacío fue vendido a la Obra del 18 de Julio para convertirlo en hospital. El entonces director general de esta institución era Aramburu, dirigente de la derecha, que se presentaba a las elecciones por Salamanca y quería abrir el hospital como baza electoral.
Al principio pensamos convertirlo en centro asistencial para discapacitados profundos y severos. A la reunión en la Dirección General de Servicios Sociales, celebrada en Madrid en marzo de 1983, ya con Felipe González en el Gobierno, me hice acompañar por Ciriaco de Vicente, diputado salmantino socialista que me ayudó cuantas veces le pedí que lo hiciera. Además, quiero dejar constancia pública de que siempre lo hizo de muy buena gana y se empleaba a fondo para conseguir lo que íbamos buscando.
Ciriaco fue el ministro de Sanidad “in pectore”. Yo lo acompañé en las horas en las que estábamos esperando que Felipe González le llamara para formar parte del Gobierno, pero la llamada no se produjo, y lo que fue peor, ni antes ni después Felipe le dio una explicación. Ciriaco ocupó puestos en la Mesa de las Cortes y en el Tribunal de Cuentas con dedicación y eficacia probada.
El Hospital de Las Pajas pertenecía al FONAS, Fondo Nacional de Asistencia Social, y antes a la Obra del 18 de Julio. El Ayuntamiento democrático había pedido muchas veces que se pusiera en marcha o, en su defecto, se reconvirtiera en centro para albergar otros servicios de los muchos que necesitaba Salamanca.
Asprodes, Asociación Provincial de Niños y Adultos Especiales, estaba interesada en que el hospital de Las Pajas se convirtiera en centro para discapacitados.
La experiencia con el Consistorio era muy extensa y fructífera. Les cedimos terrenos en La Salle para instalar un vivero de flores, tierras para el cultivo agrícola, la vaquería del Parque de los Jesuitas para la creación de un centro de ocio y tiempo libre y para centro ocupacional agrícola y forestal. En el mercado central regentaban un mercado de flores y atendían el vivero municipal y algunos jardines de la ciudad.





















