El riesgo invisible de tu botella de agua reutilizable: por qué debes lavarla a diario

Expertos advierten de que, con solo uno o dos días de uso sin lavarla, este accesorio puede convertirse en un foco de bacterias y moho, capaces de provocar varias dolencias
Varias botellas de agua. (Imagen generada con IA)

Llevar una botella de agua reutilizable se ha convertido en un gesto cotidiano y saludable, pero puede esconder un riesgo para la salud si no se mantiene una higiene adecuada. Expertos advierten de que, con solo uno o dos días de uso sin lavarla, este accesorio puede convertirse en un foco de bacterias y moho, capaces de provocar desde malestar estomacal y náuseas hasta dolores de cabeza.

La alerta proviene de especialistas como la doctora Yuriko Fukuta, experta en enfermedades infecciosas del Colegio de Medicina Baylor (EE.UU.), quien subraya que «si no se limpia la botella lo suficiente, puede provocar la acumulación de gérmenes».

Un caldo de cultivo para las bacterias

El problema es simple: cada vez que bebemos, transferimos bacterias de nuestra boca y manos a la botella. Los pequeños restos de comida que puedan pasar al recipiente crean, junto a la humedad, un entorno ideal para la proliferación de microorganismos.

El material de la botella también es un factor clave. El vidrio y el metal son opciones más seguras que el plástico, ya que este último tiende a desarrollar microgrietas con el uso donde las bacterias pueden alojarse y prosperar. Del mismo modo, el diseño influye: las botellas de boca ancha son más fáciles de limpiar, mientras que las que tienen mecanismos complejos como tapas deslizantes o pajitas requieren una limpieza más minuciosa para evitar la acumulación de gérmenes.

Cómo mantener tu botella segura: una rutina simple

Para evitar cualquier riesgo, la recomendación de los expertos es clara: lavar la botella después de cada uso. La forma más eficaz es utilizar agua caliente y jabón, ya sea a mano con un cepillo o en el lavavajillas si el material lo permite.

Es fundamental desmontar todas las piezas (tapón, boquilla, pajita) y asegurarse de que queden completamente secas al aire antes de volver a montarla y usarla. Un gesto tan sencillo como secar la boquilla con una toalla de papel tras beber puede reducir significativamente la humedad que favorece el crecimiento bacteriano.

Por último, los especialistas desaconsejan reutilizar las botellas de plástico de un solo uso. Además de ser más difíciles de limpiar correctamente, su material puede degradarse y liberar sustancias químicas con el tiempo.

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