Unos 200 salmantinos participaron este lunes en una concentración ciudadana convocada para pedir la dimisión (es un decir) del presiente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y del consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, por su gestión de los incendios, que en quince días han calcinado 150.000 hectáreas en Castilla y León, y se han cobrado tres vidas (ninguna en Salamanca).
El coste estimado de extinción de estos incendios se sitúa en torno a los 2.000 millones de euros, mientras que lo invertido por la Junta en prevención apenas llega a los 75 millones, según denunció horas antes el sindicato CSIF.
Los manifestantes corearon eslóganes contra ambos dirigentes en la Plaza del Liceo, que a esas horas suele atar muy concurrida.
Esta es la segunda protesta que se convoca con el mismo objetivo, pero la semana pasada fue convocada por Podemos en la Plaza Mayor. Quizá por eso hubo gente que se retrajo, y ha acudido a esta que, en teoría, es una convocatoria ciudadana, sin siglas, aunque entre los asistentes había activistas contra las plantas de biogás y las macrogranjas, proyectos expresamente citados en el manifiesto que leyeron en defensa de la «tierra viva» y contra «el abandono del mundo rural». También repitieron algunos que estuvieron en la de Podemos.
«Es cierto que la realidad climática ha cambiado y va a peor, y por ello no nos podemos permitir ni un segundo de mala gestión, pues las consecuencias serán cada vez más catastróficas. Por ello, exigimos la responsabilidad política de todos aquellos que, gestionando de forma negligente, han generado tanto daño, demostrado su ineptitud para el cargo que ostentan», decía el manifiesto y fue lo que más se acercó a la petición de dimisiones, sin especificar nada ni señalando a nadie, dejándolo todo a la libre interpretación de la concurrencia y por si alguien se daba por aludido.
«Nuestros bosques son tratados como una carga y no como un patrimonio común. Se malgastan recursos en anuncios y promesas, pero faltan manos en invierno para limpiar, faltan proyectos de gestión integral, faltan guardas forestales con estabilidad y presencia en el territorio. Y, sin embargo, sobran políticas extractivistas que buscan eliminar del territorio a sus habitantes para poder campar a sus anchas», dijeron.
Tras la lectura, la gente tomó la palabra y pidió la dimisión de Mañueco, que es lo que se había ido. Y otros la de Quiñones, pero con pancartas. Como nadie lideraba el acto, se ofreció un micrófono abierto (como en los sitios afectados por los grandes incendios de León) y la gente empezó a marcharse, ligeramente decepcionada.
Igual con una tercera manifestación, ya juntas, hacen una.
11 comentarios en «Segunda manifestación en Salamanca para pedir la dimisión de Mañueco y Quiñones»
¿Dónde está el tal Quiñones?…¿En el Ventorrillo, tal vez?
Pero luego hay que ir a votar para sacar a esos tipejos de Fuensaldaña. Hay que ir.
Y metemos otro tipejos co.o los del gobierno de la nacion
Por favor arreglen la aplicación donde los trabajadores de la JCYL ven las nóminas persigo tres meses sin funcionar
La administración Autonómica es una vergüenza con la Ley de Montes
En las urnas nos veremos s************
Que salgan los de las cazuelas
Probablemente la percepción personal que transmite el autor de este relato: “la gente se marchó ligeramente decepcionada”
No ayude lo más mínimo a que la asistencia se multiplique por tres en la próxima manifestación, desmovilizar es tan fácil como escribir que hubo falta de organización por el simple hecho de que la gente tomó libremente el micrófono, con razón o sin ella si este fuera un derecho vecinal que se pudiera ejercer continuamente en los plenos de los ayuntamientos otro gallo cantaría, pues esta democracia ha enseñado al votante una máxima maravillosa:
Usted delegue y siga tragando piedras de molino cada cuatro años, pudiendo estar absolutamente seguro que si pretende cambiar las caras del consistorio o parlamento, lo único que conseguirá será renovar un sistema político nos ha conducido a la quema de casas en verano, a la inundación de las viviendas en invierno, a la subida de alquileres en otoño y a pagar cada vez más impuestos por primavera.
Las cuatro estaciones con las que el vividor profesional de la política, protege los privilegios exclusivos de aquellos que obtienen amnistías fiscales a la carta.
PP y más PP, y que no se engañe nadie que cuando VOX logre escalar hasta el congreso de la mano de los anteriores, subirán las pensiones y los sueldos, y de las fuentes de toda España saldrá chocolate con churros a borbotones.
Mejor con estos socialistas, que tienen a los viejos trabajando hasta los 70 años y a los jóvenes sin trabajar y dándole una paguita para que vayan de fiestas. Más vale que pongan a trabajar a tanto gandul y dejen la página para pagar las jubilaciones.
la edad de jubilación la impone la comunidad europea,de la que somos una región.la pena es q no metan mano judicialmente a todos los presidentes de comunidades autónomas españolas q gestionan malamente las brigadas antiincendios.los incendios se apagan en invierno.
PERSIGO tres meses después no se subsanó