Kiko Rivera e Irene Rosales han puesto fin a su relación. La noticia, adelantada este miércoles por la revista Semana, ha sido confirmada horas después por el propio DJ a través de un comunicado en sus redes sociales en el que asegura que la decisión ha sido «cordial» y meditada.
Tras once años juntos, nueve de ellos casados y dos hijas en común, la pareja inicia caminos separados. Rivera ha querido dejar claro que no buscará un beneficio económico de la ruptura. «No voy a sacar partido de esta situación, ni voy a acudir a televisión para hablar de mi vida privada. Me ha costado mucho llegar a esta paz mental», afirmaba en su escrito.
En su mensaje, el hijo de Isabel Pantoja subraya que la prioridad absoluta para ambos seguirán siendo sus hijas, Ana y Carlota. «Ellas son la mayor prueba del amor que hubo y seguirán siendo el motor que nos una de por vida. Seremos padres siempre, y ese lazo no se rompe con una separación», enfatizó.
Rivera describe la decisión como un paso «necesario» y «desde la madurez», enfocado en construir un futuro «más sano, real y honesto». La buena sintonía entre ambos parece confirmarse con la reacción de la propia Irene Rosales, que comentó la publicación de su expareja con el emoticono de un corazón.
La pareja se conoció en 2014 y contrajo matrimonio en 2016. Tuvieron a su primera hija, Ana, en 2015, y a la segunda, Carlota, en 2018. Kiko Rivera tiene además un hijo mayor, fruto de una relación anterior con la modelo Jessica Bueno.





















