Opinión

Todo cambia, también en septiembre

Dicen que lo único constante en la vida es el cambio. Y si no, que se lo pregunten a septiembre, ese mes que llega cada año con la puntualidad de un funcionario británico y el descaro de quien se atreve a recolocarnos la vida entera: nuevos horarios, vuelta al trabajo, cole para los niños, agendas que pasan de estar vacías a parecer la de un ministro… y, por si fuera poco, la luz que empieza a cambiar de color recordándonos que el verano se despide sin pedir permiso. La buena noticia: en Yoga Ganesha volvemos con mucho yoga para ti, para que sea todo más amable y balsámico.

Te doy la bienvenida a esta columna para comenzar la “rentre” como dicen los franceses, la vuelta.

Y claro, a los humanos, que nos gusta agarrarnos a lo conocido como si fuera un flotador, esto de los cambios nos incomoda. Nos resistimos. Nos cuesta. Queremos que las vacaciones duren siempre, que el café de las ocho sepa igual en diciembre que en agosto, que las personas que queremos no cambien nunca. Pero, como bien cantaba Mercedes Sosa, “todo cambia”.

En yoga trabajamos mucho esa idea: la importancia de soltar. Soltar la expectativa en la postura, exhalar lo que ya no sirve, soltar la rigidez del cuerpo y de la mente. Porque lo contrario de soltar es apegarse, y el apego es esa vocecita interna que nos susurra que si cambiamos, algo se rompe. Spoiler: nada se rompe, lo que ocurre es que la vida se reordena.

Practicar el no apego no significa volverse frío ni indiferente. Al contrario: significa estar tan presente en lo cotidiano que podemos disfrutar de lo que hay… sin exigir que sea eterno. Como ese té calentito de la mañana, como la sonrisa de alguien al pasar, como la sensación de alivio después de una buena clase de yoga.

Septiembre, con toda su revolución silenciosa, es un buen maestro para recordarnos que la felicidad no está en que nada cambie, sino en aprender a bailar con los cambios. Igual que en una clase, cuando crees que has encontrado la postura perfecta y de repente la profesora (sí, yo misma) te dice: “muy bien, y ahora vamos a variar un poquito”. Y tú piensas: “¡pero si estaba comodísimo!”. Pues ahí empieza la magia. Ya sabéis que en nuestras clases a veces hay posturas o secuencias divertidas. Esta idea de soltar, el no apego en yoga se llama.

Así que este mes, en lugar de pelearte con septiembre, te (me) invito a soltar. A recibir el cambio con una sonrisa, aunque sea torcida. A practicar la felicidad en lo sencillo, sabiendo que -como el yoga nos recuerda y la vida confirma- todo cambia. Y en ese cambio, siempre hay belleza. Ese el tema de mis clases este mes, la belleza inesperada en lo cotidiano. ¿Vienes?

Que tengas un buen día y cuides tu energía. Que también cambia.

Aquí se despide de ti, Marta Corrionero, Yoga Ganesha.

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