Durante el espectáculo Los 40 Sessions comenzaron a escucharse tímidamente insultos a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España. Al principio eran unas pocas voces, pero después como si de un tsunami se tratara, la Plaza Mayor coreó el insulto: «Pedro Sánchez, hijo de puta».
No se pueden normalizar los insultos al presidente del Gobierno, o a cualquier representante público, en actos multitudinarios como lo sucedido en la Plaza Mayor. No es justificable bajo ninguna circunstancia. Ni está dentro del marco de la libertad de expresión. La discrepancia política es consustancial a la democracia y el debate debe ser vigoroso, incluso áspero, pero nunca degradarse hasta el insulto y la descalificación personal.
El insulto hace que el que lo dice pierda la razón, porque en ningún momento dan razones de por qué lanzan ese exabrupto.
«Convertir la ofensa en un gesto aceptado o incluso celebrado solo contribuye a erosionar la convivencia, alimentar el clima de polarización y trivializar la importancia del respeto institucional», puntualiza Chenche Martín Galeano y añade que es inconcebible que se insulta al presidente del Gobierno, «igual si estuvieran insultando al jefe de la oposición».
Las instituciones democráticas no son patrimonio de un partido ni de una ideología, sino el marco común que sostiene la pluralidad. «Cuando se vitorea el insulto, se debilita no a un dirigente concreto, sino al propio sistema que garantiza que podamos expresarnos libremente. Criticar es legítimo, humillar nunca. Si se permite que la crispación verbal se instale como norma, el diálogo político se empobrece y se abre la puerta a formas de intolerancia más graves», apunta Martín Galeano.
Los insultos al presidente del Gobierno se realizaron en la Plaza Mayor dentro de un acto programado por el Ayuntamiento para celebrar las Ferias y Fiestas en honor a la patrona, la Virgen de la Vega. Callar ante un episodio de falta de respeto institucional equivale a avalarlo por omisión. Una ciudad que presume de historia, cultura y hospitalidad no puede quedar asociada a un espectáculo de insulto y degradación política sin que su máxima autoridad municipal marque un límite claro. «La responsabilidad de un Ayuntamiento no es solo gestionar, también es salvaguardar el prestigio de su ciudad y velar por la convivencia democrática», concluye Chenche Martín Galeano.
En verano se han repetido estos insultos al presiente en distintos municipios en fiestas, como en Guijuelo. Una actitud promovida por la fachosfera a la que se suman los descerebrados (y, posiblemente, no menos fachas) que cuando corean algo así es porque lo comparten, en lugar de abstenerse.
16 comentarios en «Insultan al presidente del Gobierno en la Plaza Mayor de Salamanca»
Bueno, pero de ahí a echarle la culpa al alcalde ?
Chenche muchas ganas de sillón
Mucho ******* suelto.
Salamanca sin duda que todos sabemos su ideología política en fin que más podemos pedir tierra gobernada por la derecha y por cierto la más despoblada y empobrecida de toda España y aún quedan ********** ensalzados y gritando como ******* por algo que no entienden pues a seguir a si somos se defines como se comenta ******* gritones sin conocimientos
Amen
Que vergüenza ser salmantina.
Vete a otro sitio
El alcalde tiene que condenar estos hechos.
LA MALA EDUCACIÓN. Qué pena que estemos bajando cada día más a las cavernas. Si Fray Luis de León, o Unamuno, o Ballesteros levantaran la cabeza.
Pues nada, disfruten lo votado y luego pidan sopitas al gobierno. Si les parece bien su situación,de la provincia y la región, sigan así.
Mal que no mejora…..empeora
Está es una maniobra orquestada por miembros de la extrema derecha del PPVOX ,mandan a sus hooligans a montar el lío.
Lo comenzó diciendo la presicienta Ayuso,esa que el novio es un defraudador,que también se dedicaba a emitir facturas falsas y parece ser que la gente no lo ve y tienen la misma falta de respeto,que se puede esperar.
Lo que natura nom da Salamanca nom presta.
Y despues el presidente es un dictador. Yo me imagino a Paco en 1966 permitiendo cosas como está, a la collares frente a un tribunal etc
Ya que la crispación sube y cada día va a más, por educación y sobre todo respeto, pués cumplir con las leyes. De forma automática suspender el acto y punto.
Vamos yo en mi casa si un festejo ocurre algo igual, se suspende y punto.
Pensemos en los niños. Políticos, aplicaros un poco, por favor!
Cuando la gente es gillipollas poco remedio hay, saldrá por su boca lo primero que le dicte el politico mas corrupto y mas fascista que encuentren. La Ayuso por ejemplo, la que nos recomendaba ir de cañas en la pandemia, la que mando un protocolo a las residencias que impedía hospitalizar a gente asfixiándose por el COVIC, la que dice que deberíamos agradecer a Israel lo que está haciendo en Gaza. Si, digno ejemplo para seguir por los gillipollas. Por desgracia hay mas de los que parece.