El pop art es la propuesta cultural que esta temporada expone Fundos en el Centro Cultural Fundos Fórum Salamanca. Andy Warhol, Banksy, Annie Leibovitz y Keith Haring son algunos de los más de 20 artistas que forman parte de la muestra ‘Todo es pop. De Europa a Estados Unidos’, que se puede visitar desde el sábado y hasta el 11 de enero de 2026.
La exposición presenta 41 obras que comparten las características de este movimiento artístico: la referencia constante a la cultura popular, ya sea mediante el tema escogido o mediante el lenguaje estético empleado; la serialización vinculada a la industria y los avances tecnologicos del momento en favor de la rapidez y la eficacia; o la referencia a mitos contemporáneos de la política o el arte, como Marilyn Monroe o Mao Tse-Tung, que protagonizan las icónicas obras de Warhol.
El visitante realizará un recorrido muy ilustrativo por Gran Bretaña, Estados Unidos y España, donde podrá apreciar las diferencias existentes entre ellos, y cómo el pop art se da una manera u otra dependiendo del contexto político, social y cultural de cada uno.
El centro cultural acogerá a partir del día 16 actividades culturales relacionadas con la muestra, entre ellas, tres conferencias y tres cinefórums. Además, todos los martes a las 18:00 horas, se realizará una visita guiada bajo reserva a través del e-mail salamanca@fundosforum.es.

Inconformismo social
A finales de los años 50 existe un movimiento en donde la realidad se posiciona contra los dictámenes del expresionismo abstracto norteamericano y del informalismo europeo: el pop art surge como una reacción al estilo dominante. Su representación, en apariencia conformista e incluso trivial, esconde una ironía y una sencillez que permiten que la sociedad se sienta totalmente identificada con este nuevo lenguaje.
Por lo tanto, en este periodo conviven los tonos oscuros característicos de la abstracción, que simbolizan la tragedia de la historia, junto con los colores vivos acordes con el optimismo consumista. Estas manifestaciones occidentales dan lugar a una yuxtaposición en la que, finalmente, el pop se convierte en un movimiento cultural, no solo artístico. El resultado es una estética de la vida cotidiana, que supone una reacción revolucionaria contra las convicciones y, sobre todo, contra las restricciones de las décadas anteriores.





















