El PP se alinea con Israel en sus críticas al Gobierno por la protesta contra el genocidio

La suspensión de la Vuelta Ciclista a España ha desatado una tormenta política en la que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha convertido en el centro de todas las críticas. Tanto los principales líderes del Partido Popular como el Gobierno de Israel le han responsabilizado directamente de los altercados, acusándole de «alentar» las protestas y de provocar un «ridículo internacional».

Desde el Partido Popular, las acusaciones han sido unánimes. El líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, ha afirmado que el Gobierno «ha permitido e inducido la no finalización de La Vuelta», mientras que la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha sido más contundente, asegurando que «cuando el presidente de la nación jalea el boicot, se convierte en responsable directo». Ayuso llegó a comparar los disturbios con la «kale borroka», afirmando que lo ocurrido es «un daño a nuestro deporte y a nuestro país».

En la misma línea, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha calificado los hechos de «graves e irresponsables», declarando que «la violencia ha vencido al deporte». Almeida ha acusado a los manifestantes de utilizar «chinchetas y cristales» y ha responsabilizado al «odio alentado» por Sánchez de la «imagen bochornosa» que se ha proyectado de España.

La reacción internacional más dura ha llegado desde Israel. Su ministro de Exteriores, Gideon Saar, ha recriminado a Sánchez haber «animado a los manifestantes a salir a la calle». En un mensaje en la red social X, Saar ha calificado lo ocurrido como una «vergüenza para España», vinculando los disturbios a supuestas declaraciones previas del presidente español.