El presidente de la Cámara de Comercio, Benjamín Crespo, anunció este lunes su dimisión tras nueve años en el puesto una vez cumplida su función de transición hasta la nueva etapa preparando la llegada del sustituto, Alberto Díaz, «que tiene visión de futuro, valores sólidos y es una gran persona», además de ser hijo del empresario Pedro Díaz Mesonero. El relevo se consumará en el próximo plenario de la institución,
Crespo dijo en su despedida que «hay decisiones que se gestan en silencio y ha llegado el momento de comunicarlas», tras nueve años en la cámara. Llegó en 2016, «con todo dañado. Salamanca debía de tener una institución que defendiera a las empresas y hoy tenemos una Cámara que tiene prestigio», señaló.
Agradeció al equipo técnico y a los plenarios que le han ayudado a trabajar en estos nueve años y al secretario de la institución, Emilio Checa, a quien le dio las gracias personalmente. También tuvo palabras de agradecimiento para su mujer y para «todas las administraciones empezando por el Gobierno, Junta y Ayuntamiento, Universidades y a todas las Cámaras de España y Castilla y León».
«Me marcho feliz. Me voy porque es el momento de vivir otro tiempo personal y profesional, sabiendo que he cumplido mi deber y la Cámara de comercio seguirá siendo un faro para Salamanca», explicó.
«Ser presidente de la Cámara es el mayor honor que he tenido profesionalmente. La Cámara es presente y futuro y es un instrumento imprescindible para el progreso de Salamanca», señaló.
«Superamos el desprestigio que tenía en 2016, la pandemia y ahora tenemos un grupo de empresarios con muchas ganas de crecer y de hacer crecer a Salamanca. Los empresarios son los verdaderos líderes del prepare si de nuestro país», agregó.
6 comentarios en «Benjamín Crespo dimite como presidente de la Cámara»
Parece que dimite el gran responsable del despropósito. Y, como manda el manual del buen superviviente político, sale vendiendo “su buena gestión”. Nos recuerda las cifras retorcidas, los logros inflados y las hazañas que solo existen en su PowerPoint.
Eso sí, ¿de los amaños, chanchullos y… silencio absoluto?. ¿Esa parte del currículum parece extraviarse en la trituradora de papeles oficiales?. Al fin y al cabo, ¿quién mancha un discurso de despedida tan pulcro con algo tan vulgar como la memoria?
Mientras tanto, los zánganos siguen a lo suyo, zumbando a la sombra de la abeja reina, que observa la escena con la tranquilidad de quien sabe que el panal siempre se regenera para que nada cambie demasiado.
«Que lleves la misma paz que dejas a tu paso, aunque a veces solo dejas huellas de caos y confusión.»
Y olores…¡vive Dios!
Un empresario de «peso», apartado, como un perro una vez cumplida su misión y que deja una profunda huella y un olor a bacalao que tardará tiempo en desaparecer de las dependencias de la Cámara. A ver cuanto dura el olor a sardina de Caiz.
Mucho «mamoneo» es lo que hay. No tienes más que observar como se relevan los unos a los otros. En esta ciudad siempre son los mismos, la misma foto una y otra vez para perpetuar la incompetencia de los vividores.
Benjamín: has gestionado la Cámara como tu empresa. Y en el sector del marisco todo el mundo sabe lo que hay. Te han clavado el arpón y no te has dado ni cuenta, o… llorabas porque sí lo sabías???