[dropcap]C[/dropcap]omo dice la canción de James Brown, este es un mundo de hombres. Es un mundo de y para los hombres. Pero no lo digo yo, lo decimos todos nosotros y, si, vosotras también. Es un mundo de hombres por ser un mundo eminentemente machista. El Diccionario de la Real Academia Española define al machismo como la actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres, pero partamos de la base de que la propia definición se queda corta.
El machismo no es solo una actitud, es también un conjunto de comportamientos diarios, de educación, de cultura social, incluso de la percepción de la realidad que nos rodea, de lo que tenemos en la mente como normal. Hace ya un tiempo me enseñaron un video en el que se ve como un hombre zarandea a una mujer en plena calle, rápidamente acuden algunos transeúntes a socorrer a la mujer maltratada. Se trataba, en este caso, de una pareja de actores que pretendían llamar la atención sobre como percibimos esa realidad que nos rodea. Un poco más adelante en el mismo video, los roles se cambian, en este caso es la mujer la que maltrata al hombre.
Sería lógico pensar sin haber visto el video, que el deber cívico de los viandantes se pondría en acción para socorrer a la persona maltratada igual que se hizo en el caso anterior. Pues bien, esta vez no solo no se ayuda al chico, sino que este es objeto de burla de algunos peatones.
¿A dónde quiero llegar? Pues bien, al hecho de que si bien la actuación primera es la correcta, ayudar a quien sufre una agresión, lo que observamos como normal es que sea el hombre el que agreda, o bien que en el caso de ser el agredido, se defienda. Esto es machismo.
Siguiendo con lo que concebimos dentro de la normalidad quiero hacer hincapié en que las mujeres, generalizando mucho, también contribuyen a que este sea un mundo de hombres. Son muchas las que se sienten cómodas en un rol secundario, sumiso. Son muchas también las que adoptan actitudes machistas como la de criticar a la mujer por su forma de vestir llegando a justificar una violación por que la víctima lleva escote o minifalda.
No queremos ver, y aquí englobo tanto a hombres como a mujeres, que una violación no es fruto de una provocación previa por la forma de vestir de la víctima, sino que es el resultado de una educación social pésima en la que la mujer nunca ha ocupado el mismo rango que el hombre. Siempre ha estado supeditada a los dictados heteropatriarcales de complacer al hombre, de cumplir con «sus deberes» como madre y a su «eterna»minoría de edad.
Otro caso de machismo es la escasez de mujeres en los órganos de poder, dependiendo de «leyes de igualdad» para entrar en los mismos, las cuales hacen un flaco favor a la semejanza entre sexos por verse más una discriminación positiva, «la contratan por ser mujer», que una meritocracia, lo cual, también es machista.
Pero mientras no nos eduquemos en la igualdad, no solo en las escuelas, sino también en el hogar, mientras no se tenga a la mujer más que como un objeto, una futura madre, un trofeo de caza ganado, no vamos a llegar a ninguna parte. Seguiremos viviendo en un mundo de hombres hecho para los hombres.