Más de una docena de pueblos no tienen agua potable en Salamanca

Morille es el último pueblo en incorporarse a la lista de municipios que tienen una mala calidad de agua potable y cuyos Ayuntamientos ofrecen a sus vecinos el suministro a través de tanques. «Esperemos que sea una solución transitoria y en el menor plazo se pueda resolver este problema», explica Manuel Ambrosio Sánchez, alcalde de Morille.

En la mancomunidad de aguas Cuatro Caminos son cuatro pueblos los que padecen el problema de los ácidos. Es una medición que se ha puesto en marcha con carácter obligatorio desde enero de este año, en los municipios de bajo consumo se hacen controles anuales, y en Morille y el de otros tres pueblos ha dado positivo. «Muy probablemente es de toda la mancomunidad y desde la presidencia de Cuatro Caminos, se están tomando las medidas oportunas en la planta de potabilización, que parece ser donde se pueda dar el problema. Y, se confía en que se resuelva en poco tiempo», puntualiza el alcalde de Morille.

El mal estado del agua potable en los pueblos de Salamanca es una información recurrente. Por ello, desde la asociación Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca advierte que “con demasiada frecuencia se están produciendo episodios de contaminación en el abastecimiento de agua de muchos pueblos de la provincia y comarcas próximas (Ávila y Valladolid)”.

Según la asociación ecologista, “la falta de calidad del agua afectó durante años a la extensa comarca situada al sur del embalse de Almendra con al menos 26 núcleos urbanos y sólo en este año han tenido episodios de contaminación (que sepamos) en: Vecinos, Galindo y Perahuy, Fresno Alhándiga, La Vellés, Pedrosillo de los Aires, La Fuente de San Esteban, Rollán, Calzada de Don Diego, Canillas, Villoruela, Pelabravo, Morille e incluso, Ávila capital».

Y añaden que “los contaminantes más frecuentes son los nitratos, haloacéticos, metolacloro, sulfatos, calcio, arsénico, glisofato, terbutilazina y manganeso. Son muchos los contaminantes y de la mayoría se desconoce su presencia, ya que no si no se la espera, no se analiza, pues los análisis son caros”.

Los alcaldes de los pueblos afectados han informado mediante bandos que el agua en estas condiciones puede usarse para lavar, pero no para beber ni cocinar durante los episodios de contaminación. A su vez, en todos esos pueblos se han instalado cisternas para el abastecimiento imprescindible.

La asociación ecologista añade que los contaminantes más frecuentes son:

• Nitratos. La contaminación por nitratos es una de las más graves y difíciles de eliminar. Está provocada por los fertilizantes que se usan en la agricultura y por las filtraciones y vertidos procedentes de las numerosas granjas y macrogranjas de cerdos, vacas y gallinas. Los acuíferos del norteste de la provincia y las comarcas próximas de Ávila y Valladolid están muy contaminados por nitratos. Pueden producir metahemoglobinemia y están relacionados con el cáncer colorectal.
• Haloacéticos son una serie de al menos nueve sustancias con poder corrosivo que pueden afectan al hígado y al páncreas. El cuerpo humano es capaz de eliminarlos en menos de 15 días. A veces se producen en el proceso de potabilización del agua.
• Metolacloro procede de los herbicidas. Su uso está prohibido, pero a pesar de ello se sigue usando. Se ha demostrado que en Doñana (Huelva) existen muchos contaminantes de productos prohibidos desde hace años y sin embargo, se siguen usando. Aquí no se han encontrado, simplemente porque no se han buscado. En 2023 hubo un episodio grave por esta contaminación en los abastecimientos que dependen del embalse de Almendra. Nada menos que 163 pueblos de Salamanca y Zamora tuvieron restricciones de agua.

Además, reconoce el Comité Antinuclear que, si bien es verdad que los controles han mejorado y la normativa es más rigurosa, “siempre vamos por detrás: cada año salen al mercado nuevas sustancias contaminantes indebidamente estudiadas y solo cuando se hacen evidentes los daños a la salud, se ponen las medidas correctoras o los filtros adecuados en las potabilizadoras. La información sigue siendo muy deficiente y la participación pública de los afectados, también”, puntualizan.

Asimismo, los ecologistas asegurando que “el agua potable es un bien imprescindible que cada vez está más amenazada. Más exactamente: la humanidad ha sobrepasado su límite de seguridad. De los 9 límites físicos del planeta que permiten la vida tal y como la conocemos 7 están sobrepasados, siendo uno de ellos el agua potable”.

Habrá quien piense que bebiendo agua embotellada está libre de los contaminantes, «pero tampoco es así. En las aguas minerales y embotelladas que podemos comprar en el súper también se encuentran los contaminantes antes citados; en algunos casos, es peor que la del grifo. Aquí no se libra nadie”, advierten desde la asociación.

Por último, señalar que en Salamanca, que no está en una zona árida, con una buena gestión del agua, sin despilfarro, con los tratamientos adecuados y si conseguimos no contaminarla, «podríamos tener asegurado el suministro. Por ahora, no lo tenemos. Preferimos ignorar la realidad con la política del avestruz”, concluyen.