El precio de la vivienda en Salamanca se situó en 1.323 euros el metro cuadrado en el segundo trimestre del año, lo que supone un 10,4 por ciento más que hace un año. Se trata del segundo mayor aumento de Castilla y León, solo por detrás de Segovia, y el mismo aumento anual medio registrado en España.
El precio tasado de la vivienda en Salamanca alcanzó su máximo en el segundo trimestre de 2008, con 1.632 euros el metro cuadrado, casi el triple de los 624 euros el metro del primer trimestre de 1995, que marca el precio más bajo de los últimos 30 años en la provincia. El precio actual es similar al que se registró en el tercer trimestre de 2013.
El precio en el conjunto del país se ha disparado un 10,4 % en el último año, rozando los máximos históricos alcanzados durante la burbuja inmobiliaria. Según los datos actualizados este viernes por el Ministerio de Vivienda, el metro cuadrado costaba de media 2.093 euros entre mayo y junio de 2025, el nivel más alto desde 2008.
Esta cifra se queda a solo un 0,3 % del récord absoluto registrado en los primeros meses de 2008, en pleno «boom». Desde que tocaron su punto más bajo en 2014, tras el pinchazo de la burbuja, los precios han acumulado una revalorización de casi el 44%.
El encarecimiento afecta tanto a las viviendas de obra nueva como a las de segunda mano, con subidas de un 10,1 % y un 10,5 % respectivamente. De hecho, las casas con menos de cinco años de antigüedad han marcado un récord de precio desde que hay registros. La tendencia alcista se mantiene a corto plazo, con un aumento del 3 % solo en el último trimestre.
Por su parte, la vivienda protegida también sube, aunque de forma mucho más moderada: un 1,6 %, hasta alcanzar los 1.188 euros por metro cuadrado, lo que supone también su valor más alto registrado.
Como dato adicional, mientras los precios suben, el número de tasaciones realizadas en el segundo trimestre descendió ligeramente, un 3,4 % menos que el año anterior.
Los mayores aumentos Según los últimos informes, las subidas interanuales más pronunciadas se localizan en la Región de Murcia (14,6 %), La Rioja (13,7 %) y Aragón (13,7 %). Otras fuentes también destacan el fuerte impulso de los precios en la Comunidad de Madrid, Baleares y la Comunidad Valenciana, que se sitúan a la cabeza del incremento.
Las subidas más moderadas En el otro extremo, las regiones donde los precios han crecido de forma más contenida son Cantabria, con un aumento del 10,8 %, y Castilla-La Mancha, con un 11,3 %.
Las ciudades más caras y más baratas Si miramos los precios por metro cuadrado en las capitales de provincia, las diferencias son enormes:
- Las más caras: San Sebastián (4.527 €/m²), Madrid (4.473 €/m²) y Barcelona (4.117 €/m²).
- Las más asequibles: Zamora (1.143 €/m²), Ciudad Real (1.183 €/m²) y Lugo (1.204 €/m²).
La fuerte subida de precios, especialmente en ciertas zonas, se debe a una combinación de varios factores clave que crean una «tormenta perfecta» en el mercado inmobiliario.
Estas son las principales causas:
- Falta de oferta de vivienda: Este es el factor principal en casi toda España. Sencillamente, no se construyen suficientes casas nuevas para satisfacer la demanda de nuevos hogares. Esta escasez hace que la vivienda existente se revalorice rápidamente por la competencia entre compradores.
- Fuerte demanda extranjera y turística: En las zonas costeras como Baleares, la Comunidad Valenciana y Murcia, la compra por parte de extranjeros (tanto para residir como para invertir) es un motor clave que impulsa los precios al alza. A esto se suma el auge de los alquileres turísticos, que reduce la oferta de vivienda para residentes y presiona aún más el mercado.
- Poder adquisitivo y empleo: En grandes polos económicos como la Comunidad de Madrid, los salarios más altos y la creación de empleo atraen a población de otras regiones y del extranjero. Esta alta concentración de demanda en un área geográfica limitada dispara la competencia y, con ella, los precios.
- Aumento de los costes de construcción: Edificar una vivienda es hoy más caro que hace unos años. El encarecimiento de los materiales y de la mano de obra se traslada directamente al precio final de la obra nueva, lo que a su vez empuja al alza el valor de la vivienda de segunda mano.






















