El presidente Donald Trump ha amenazado con quitar las licencias de emisión a las cadenas de televisión que le critican, intensificando un agrio debate sobre la libertad de expresión en Estados Unidos. La polémica se ha disparado tras la suspensión del popular programa «Jimmy Kimmel Live!» por parte de la cadena ABC.
«Si están un 97 % en mi contra, solo me dan mala publicidad y tienen una licencia, diría que tal vez deberían quitarles el permiso», declaró Trump. El presidente acusó a estos medios de ser «un brazo del Partido Demócrata» y argumentó que su licencia no les permite actuar de esa manera.
La amenaza ha provocado una ola de rechazo generalizado. El expresidente Barack Obama ha denunciado que la Administración Trump está llevando la «cultura de la cancelación» a un «nivel nuevo y peligroso». En Hollywood, cientos de trabajadores y el sindicato de actores (SAG-AFTRA) han protestado contra lo que consideran un acto de «censura» y un «precedente peligroso» que pone en riesgo las libertades de todos.
Solidaridad de los presentadores
Los principales competidores de Kimmel en la televisión nocturna han salido en su defensa. Stephen Colbert abrió su programa declarando: «Esta noche, todos somos Jimmy Kimmel», y calificó lo sucedido de «censura flagrante».
La controversia se originó por un comentario de Kimmel sobre el asesinato de un activista de ultraderecha. Trump, por su parte, ha negado que sea censura y atribuye la suspensión del programa a las «malas audiencias», aprovechando para pedir también la retirada de los programas de Jimmy Fallon y Seth Meyers.
Viene de lejos: Un patrón de ataques a la prensa
La amenaza reciente no es un hecho aislado, sino la continuación de un patrón de conducta que Donald Trump ha mantenido con la prensa durante años.
La estrategia de Trump contra los medios críticos se ha basado en varios pilares:
- Amenazas directas a las licencias (2017): La amenaza actual es casi idéntica a una que lanzó en 2017. En aquella ocasión, tras una noticia de NBC News que no le gustó, Trump tuiteó: «Con todas las noticias falsas que salen de NBC y las cadenas, ¿en qué momento es apropiado desafiar su licencia? ¡Malo para el país!». La idea de usar a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) como arma contra los medios ha sido una constante.
- La etiqueta de «Enemigo del Pueblo»: Quizás su táctica más conocida ha sido la de calificar repetidamente a las principales organizaciones de noticias (como CNN, The New York Times o The Washington Post) de «Fake News» (noticias falsas) y «enemigos del pueblo». Este lenguaje busca deslegitimar por completo la labor de la prensa y erosionar la confianza del público en ella.
- Ataques personales y cambios en la ley: Trump ha señalado con frecuencia a periodistas específicos por su nombre en mítines y redes sociales, exponiéndolos a un intenso acoso. Además, ha expresado en múltiples ocasiones su deseo de «abrir» las leyes de difamación de EE.UU. para que sea más fácil demandar a los medios de comunicación y llevarlos a la quiebra.
Estos antecedentes demuestran una estrategia consistente de utilizar el poder y la retórica presidencial para intimidar y tratar de silenciar a las voces críticas en los medios de comunicación.





















