Somos capaces de más de lo que nos creemos, de variar cómo vemos las cosas, de actuar distinto para mejorar y sentirnos más vivos concentrados en lo positivo. Eso, sabiendo lo complicado que es cambiar y tenerse que adaptar. Hay que aprovechar las oportunidades y no dejarse asustar por los problemas. Para avanzar: rodearse de buena gente y tener clara la meta y, sobre todo, recompensarse por cada éxito conseguido.
Bueno es desear cosas a condición de no enfadarnos si no las logramos. Hay que abrirse a lo nuevo, vencer el miedo al cambio y aceptar lo efímero de las cosas. No ceder a la tristeza, celebrar las alegrías, superar los obstáculos, premiarse y saber que cualquier plan es mejor que no tener ninguno y que para alcanzar un objetivo se requiere compromiso, flexibilidad y confianza.
Al igual que enero, septiembre es mes de hacer buenos propósitos. Sea el hacer por disfrutar de las pequeñas cosas, cuidar del entorno, apagar la pantalla para conectarnos a la vida, librarnos del deseo de comprar por comprar o dejar de acumular cosas que no utilizamos. Se trata de estar activos y ser claros, alentarnos y darnos confianza. Y no reprendernos por lo que resulte mal, sino ocuparnos de que en adelante salga bien.
Licenciado en Geografía e Historia, exfuncionario de Correos y escritor
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Lluvia de cenizas (2021)
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1 comentario en «Buenos propósitos»
Deduzco de este artículo que el escritor nos redacta, que al igual que nuestro entorno permanece activo, nosotros hemos de hacer lo mismo sin complejos o temor a fracasar, para sentirnos vivos y actualizados con nuestro entorno.
Buena filosofía Manolo