Desde la Casa de Socorro se derivaban al Hospital Provincial o al de la Santísima Trinidad los casos más graves, aquellos que no podían ser atendidos con los escasos medios de los que disponía la institución sanitaria. La gravedad de un herido era valorada por la prensa según se hubiera podido atender en la Casa de Socorro o, si, por el contrario, había sido trasladado a un centro hospitalario.
La Casa de Socorro salmantina estaba situada en un precioso edificio modernista realizado para tal fin. Se conserva, fuera de contexto, rodeado de grandes edificaciones que lo empequeñecen, en la Avenida de Mirat. Este coqueto palacete está dedicado en la actualidad a la noble función de albergar anaqueles llenos de libros. Es la sede de la Biblioteca Municipal infantil en la Plaza de Gabriel y Galán. Otros fueron los destinos de este edificio cuando dejó de ser Casa de Socorro y antes de acoger, entre sus paredes, la primera biblioteca que tuvo el municipio de la culta Salamanca. El cuartelillo de la Policía Municipal permaneció en este lugar antes de trasladarse a La Salle, hace ya 34 años.
En los pequeños jardines de su entrada principal se colocaron en 1976 las esculturas de Gabriel y Galán, la Montaraza y el Ama, trasladadas desde la Biblioteca de la Caja de Ahorros en el Campo de San Francisco. Parece que el destino del popular y querido poeta salmantino fuera la de vigilar la entrada de las bibliotecas de su querida Salamanca.
En 1887, las ordenanzas Municipales de la Ciudad de Salamanca hablaban ya de la Casa de Socorro como forma de asistencia médica a enfermos pobres. En esos años, las familias sin recursos eran mayoría abrumadora. Para atenderlas, los ayuntamientos contaban con el Cuerpo de Facultativos de Hospitalidad Domiciliaria, creado por Real Orden de 8 de enero de 1886, aunque ya existían de facto debido al reglamento vigente desde octubre de 1873.
Desde su puesta en marcha quedaron claras sus competencias. En ella se trataban los accidentes que ocurrían en la vía pública y en el domicilio particular, cuando las calles no eran transitadas por tantos vehículos como ahora y los accidentes no eran tan graves.





















