Trump confirma su ignorancia: vincula el paracetamol con el autismo

“La evidencia científica actual desmiente rotundamente la relación” entre el fármaco y los TEA

A las teorías pseudocientíficas y las corrientes antivacunas que dicen haber dado con la clave sobre el origen de los trastornos del espectro autista (TEA), se suman las contundentes y atrevidas declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre el uso del paracetamol como supuesta causa del autismo, cuando este se consume durante el embarazo. La Organización Mundial de la Salud OMS y la Agencia Europea del Medicamento han rechazado su teoría.

“No lo toméis”, había advertido antes, en concreto el sábado, durante un evento en el American Cornerstone Institute. Trump, junto al secretario de Salud de EEUU, Robert F. Kennedy Jr., dijo el lunes desde la Casa Blanca que el consumo de esta medicina por parte de embarazadas podría estar vinculado al riesgo de que los niños desarrollen TEA.

Como alternativa al fármaco, el líder republicano descartó la aspirina o el ibuprofeno (Advil, en su país). De hecho, negó la existencia de otra opción adecuada. Por el contrario, la Sociedad de Medicina Maternal-Fetal advierte de que el dolor y la fiebre sin tratar durante la gestación llevan consigo riesgos importantes para la madre y el feto.

Desde hace 20 años, el número de diagnósticos de este trastorno ha aumentado en EEUU. Incluso su secretario de Salud ha llegado a definir la situación como “epidemia de autismo” provocada, según él, por “toxinas ambientales”. Pero la ciencia aclara la situación: no es que haya más casos, sino que se ha ampliado la definición de esta patología, lo que detecta nuevos diagnósticos que antes no se habrían tenido en cuenta.

Así lo confirma la investigadora Christine Ladd-Acosta, del Centro Wendy Klag del Autismo y las Discapacidades del Desarrollo, en un artículo elaborado para la Universidad John Hopkins. Su trabajo señala, también, avances en la detección del autismo, lo que hace que se registren más casos que antes.

En la actualidad no existe evidencias científicas sobre la relación entre vacunas o paracetamol como causantes de TEA. Por su parte, la Confederación Autismo España niega cualquier vinculación entre el fármaco y este trastorno. “La evidencia científica actual desmiente rotundamente la relación entre paracetamol y autismo”, por lo que “el uso de acetaminofén (tylenol) durante el embarazo no se asocia con mayor riesgo de autismo, TDAH o discapacidad intelectual en los hijos”.

Asimismo, detalla que “los análisis iniciales que mostraban un mayor riesgo desaparecieron al comparar pares de hermanos, lo que sugiere que la genética y el entorno familiar explican mejor los resultados”. Además, “otros estudios a gran escala realizados en Europa y Japón durante 2025 han sugerido que lo que podrían parecer pequeñas asociaciones entre el uso de paracetamol y trastornos del desarrollo neurológico son, en realidad, atribuibles a otros factores subyacentes, como la salud y la genética de los progenitores, el consumo de otros medicamentos y otros elementos ambientales”.

En cuanto a las vacunas, “la comunidad médica y científica de todo el mundo avala que no existe evidencia alguna que relacione la vacunación y el desarrollo del TEA. Esta duda se relacionaba principalmente con la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubeola), pero la investigación ha demostrado que los estudios que establecían esa posible conexión carecían de rigor científico y estaban falseados, retirándose a su autor (el doctor Andrew Wakefield) la licencia para ejercer la medicina en Reino Unido”, añade la Confederación Autismo España en su página web.

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