Salamanca honró a la Carta Magna con el Monumento a la Constitución, obra de José Luis Alonso Coomonte, de 1978, año en el que se firmó el ordenamiento español.
Ahora, esa escultura, que ya de por sí es valiosa al embellecer el entorno donde se encuentra, en este caso la Vaguada de la Palma, junto al Palacio de Congresos, ha sido vandalizada por un artista. Pero, es que además, ha escrito la palabra ‘No’ delante de la dedicatoria: A la Constitución.
Casi sin temor a equivocarnos, la persona que mancilló esta escultura que es de todos, no ha vivido nunca sin la protección, amparo que nos otorga los derechos y libertades fundamentales, al establecer la organización del poder público y la forma en que se ejerce, y sirve como la ley suprema que guía todas las demás normas y garantiza la estabilidad jurídica, la igualdad y la seguridad para los ciudadanos.
