Una casa limpia transmite paz y serenidad a quienes la habitan. Pasar por alto algunos detalles puede romper esa armonía. Es el caso de las persianas que, cuando están sucias, afean cualquier estancia, e incluso hacen que el inmueble parezca viejo y descuidado. No es una tarea agradable, pero Internet vuelve al rescate para ofrecer un truco que lo pone un poco más fácil.
Es posible eliminar la suciedad de las persianas con pocos elementos, y todos ellos muy habituales en los hogares: agua tibia, vinagre de limpieza o detergente y un paño seco, además del rey de esta técnica, un calcetín de algodón que ya no usemos.
Si utilizamos esta prenda vieja a modo de guante en nuestra mano, bajamos la persiana y lo humedecemos ligeramente en el agua tibia, donde previamente habremos echado unas gotas del limpiador elegido, nos será más cómodo desempeñar esta tarea doméstica. El paño seco se empleará al final para retirar cualquier resto de humedad y terminar de limpiar la superficie.
Para persianas muy sucias, es preferible retirar primero el exceso de polvo acumulado en seco con un cepillo o un plumero, y después barrer o aspirar los restos que hayan quedado en el suelo o la zona del marco de la ventana.
Las persianas acumulan porquería tanto dentro como fuera de casa. Este truco es idóneo para el interior. Para el exterior se requiere mucha precaución y, preferiblemente, ayuda profesional.





















