El ejército israelí ha abordado este jueves en aguas internacionales a la «Flotilla de la Libertad», una misión humanitaria compuesta por 44 barcos que partió de Barcelona con destino a Gaza. La operación se ha saldado con la detención de la mayoría de sus 500 tripulantes, entre los que se encuentran las activistas Greta Thunberg y la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, además de al menos 30 españoles.
Las autoridades de Israel, que vinculan la iniciativa con Hamás, han confirmado que ningún barco ha alcanzado la costa de la Franja y que los detenidos están siendo trasladados al puerto israelí de Ashdod para su posterior deportación. Sin embargo, han admitido que una de las embarcaciones no ha sido asaltada y «permanece a distancia».
Los organizadores de la flotilla han denunciado el asalto como un «ataque ilegal contra trabajadores humanitarios desarmados» y han expresado su preocupación por la falta de información sobre el paradero de 443 de los participantes. Testigos del abordaje aseguran que el ejército israelí embistió uno de los barcos y usó cañones de agua antes de que los soldados tomaran el control.
El incidente ha provocado una fuerte reacción internacional. El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, ha asegurado que los detenidos recibirán asistencia consular y ha convocado a la encargada de negocios de la embajada de Israel en Madrid. La operación también ha desatado protestas en varios países y ha llevado a Colombia a ordenar la expulsión del personal diplomático israelí.
La flotilla pretendía entregar ayuda humanitaria en un enclave donde, según cifras de la ONU, más de 66.000 personas han muerto desde el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023. Israel mantiene un férreo bloqueo sobre la Franja que impide la entrada de suministros básicos, una estrategia que la Corte Internacional de Justicia investiga como un posible crimen de genocidio.





















