Opinión

Tenistas ‘honoris’ causa

Franco en el palacio de Muguiro (Burgos) con su hija y un sobrino. (Foto: Hemeroteca Nacional. Fondo Guerra civil)

Nunca podremos encarecer bastante a nuestra universidad la genial iniciativa de nombrar doctor honoris causa al tenista Rafa Nadal. Todos los medios han captado su importancia e incluso la revista Hola ha calificado el acto como «histórico», pues impulsará aún más si cabe la proyección estelar del deportista mallorquín, a cuya imagen irán ligadas para siempre las de la Usal y su magnífico rector. La brillante puesta en escena del acto, con el variopinto cortejo de los claustrales, la asistencia de altas autoridades y el olor de multitudes, ha sido sin duda un factor clave del éxito.

Nadal es un ejemplo de éxito basado en el esfuerzo y la tenacidad en un mundo en el que hasta el más cretino puede llegar a la presidencia de EE.UU. por la cara. Por ello el Sr. rector ha ponderado en él «la humildad, disciplina, esfuerzo y trabajo en equipo», más o menos en la línea en que hace poco el presidente de la Ceoe ponía como ejemplo al tenista Carlos Alcaraz. Quita allá la semana laboral de 37,5 horas. «¿Tú crees -inquirió Garamendi- que Carlitos trabaja 37 horas y media a la semana? Es la cultura del esfuerzo, de sufrir, de saber qué pierdes y qué ganas». (Gente aviesa de las redes ya le ha contestado: «¿cree que si Carlitos ganara 1.200 euros al mes trabajaría 37,5 horas a la semana? Y Usted, ¿trabajaría si cobrara 1.200 euros a la semana?». Garamendi sale por 391.000 al año).

Pero, demagogias aparte, el esfuerzo y la excelencia han de ser recompensados. Por ello, por ejemplo, la empresa Kia viene abonando 10 millones de euros anuales a Nadal por su labor de marketing. Y es que, como señala David Balleste Business Insider, su vínculo con esa empresa «va más allá de lo comercial. Ambos comparten valores como la superación, el esfuerzo y la innovación». Relaciones de «simbiosis ética» como esa también las tiene Rafa con Nike, Armani o la revista Forbes, entre otras. De modo que no sé si ha sido muy acertado colocarle el birrete y la muceta azul claro de las humanidades; yo le hubiera puesto el naranja de las ciencias empresariales. Un fuera de serie en ese plano. Uno no sabe qué admirar más: si su virtuosismo con la raqueta o su rara habilidad para acumular pasta. 

Pero algunos estrechos han podido decir que esta distinción carece de relación alguna con lo académico y no tiene precedentes. Craso error: sí lo tiene, y muy ilustre, nada menos que el caudillo Franco, que también recibió el doctorado honoris causa en 1954 por partida doble: el de la Usal y el de la Ponti, este en derecho canónico. Como lo oyen: los méritos y saberes de Su Excelencia excedían de toda ponderación y casi igualaban a los del Doctor Seráfico. Por lo demás, la foto de arriba atestigua su afición por el tenis y si no pudo practicar mucho durante la guerra fue porque estaba volcado en matar rojos y construir el estado Nacional sindicalista. Más tarde practicó el golf, la equitación y la navegación motorizada, y era un excelente cazador y pescador de grandes túnidos.

Y, ya que no podemos hablar de méritos académicos, sí vemos notables paralelismos en cuanto a excelencia humana. El mejor deportista de todos los tiempos y el mayor estadista de la Historia. Ahí es nada. Además, en el acto que venimos glosando se invocó varias veces la virtud de la resiliencia y ahí sigue el paralelismo Franco/ Nadal: si la resiliencia es la capacidad de adaptarse a circunstancias cambiantes y adversas, ¿cómo no reconocérsela a Franco en máximo grado con sus casi 40 años de dictadura? Aunque también fue muy notable la resiliencia de otros ilustres asistentes a la ceremonia de 1954: el ministro Ruiz Jiménez y los rectores Tovar y Laín, que pasaron de la vieja guardia de Falange al liberalismo y a la democracia para sobrevivir política y académicamente.

Así pues, me atrevo a proponer a los respetables claustrales que el próximo doctorado vaya a Karlos Arguiñano. Él también es excelente en su trabajo, sale mucho por la tele, como Nadal, y además ha publicado libros de mucho provecho, aunque no tantos como el rector. Y podría encargarse de organizar el vino español posterior. (Recordemos que la universidad es, entre otras cosas, alma mater, esto es, madre nutricia). Ello daría un espaldarazo a la hostelería local y podría un punto de gracioso cachondeo a la ceremonia. Lo que sería de agradecer, pues si algo se puede criticar al protocolo es que resulta un pelín hierático y encorsetado.

Ahí lo dejo.

6 comentarios en «Tenistas ‘honoris’ causa»

  1. Buf…., por un momento, cuando comencé a leerle creí que también usted se sumaba al coro de ilustrados que se pelearon por un asiento para ver a este fenómeno de las finanzas disfrazado de sabio. Me sumo a su propuesta de darle el próximo a Arguiñano y, si fuera posible, otro a Belén Esteban. Y, ya puestos a pedir, que comiencen los trabajos para esculpir en bronce a tan egregias figuras para ocupar su puesto en la plaza del Liceo junto a la del científico del Bosque. Pobre Salamanca!!!!

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  2. A ver si en justa correspondencia se otorga en breve una copa Davis honoris causa a alguno de nuestros relevantes científicos. Mientras tanto, lo del señor Nadal es grotesco, inadecuado y hasta delirante. Así está nuestra alma mater. Se ve que no se le ocurre pupilo mejor.

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  3. A ver si en justa correspondencia se otorga en breve una copa Davis honoris causa a alguno de nuestros relevantes científicos. Mientras tanto, lo del señor Nadal es grotesco, inadecuado y hasta delirante. Así está nuestra alma mater. Se ve que no se le ocurre pupilo mejor.

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  4. Completamente de acuerdo con la tesis defendida por Luis: confundimos la velocidad con el tocino. Qué tiene que ver la mayor o menos destreza en una actividad deportiva con el mayor galardón concedido por instituciones académicas? Por manejar bien una raqueta, un palo de golf o un balón puedes convertirte en un referente ético?
    No olvidemos que el nombre de Nadal ha circulado, con fundamento, en asuntos relacionados con la elusión fiscal, con las evasoras SICAV’s…; también son conocidas sus controvertidas declaraciones en contra de la igualdad de género en el deporte, su ideas bastante conservadoras, etc.
    De modelo, poco, pues.

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  5. En varias de las fotos publicadas pueden verse a bastantes doctores con sus atavíos identificativos (togas, mucetas, cordones y medallas) armados con la modernidad del móvil y haciendo uso del mismo para eternizar el momento. Seguro que muchos de ellos quejosos de que en sus clases los alumnos se entretengan con el mismo aparatito. El esperpento al que ha llegado la casa matriz de la cultura supera todo lo imaginable.

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